Eran las 07:30 del jueves 15 de abril cuando Teresa Morán se percató de que sobre una plancha de zinc, en el patio de su casa, habían dejado un pequeño artefacto explosivo similar a un tubo de dinamita. La mujer inmediatamente dio aviso a la policía, quienes acordonaron el inmueble situado en el sector San Juan Nuevo de la parroquia San Juan en el cantón Puebloviejo, provincia de Los Ríos.

Los gendarmes dieron cuenta de la novedad al personal especializado en explosivos y al Cuerpo de Bomberos del cantón, por si se registraba alguna detonación. Pero los lugareños no salían del asombro y la preocupación, debido a que esta sería la cuarta ocasión que un artefacto explosivo pone en vilo a los habitantes de la parroquia.

El Coronel Rafael Añazco, de la Subzona de Policía Los Ríos, mencionó que durante la madrugada de ayer el personal policial se encontraba en persecución de dos jóvenes motorizados quienes al llegar a ese punto dejaron la motocicleta abandonada y unos ocho explosivos tipo gel listo para ser detonados. 

“Estamos averiguando de qué se trata ya que las víctimas no tienen relación alguna y creemos que buscan extorsionarlos. Se trataría de delincuencia organizada y con los elementos hallados se buscará establecer si hubo relación con las explosiones anteriores”, refirió el oficial.

Patrullajes ante la preocupación

A raíz de los últimos hechos los uniformados realizaban patrullajes en la madrugada buscando detectar alguna novedad. Fue así que se percataron de los motorizados en la carretera, quienes al parecer iban a hacer explotar otro artefacto pero la policía los siguió y no tuvieron otra opción que deshacerse de lo que llevaban.

La última detonación se registró la noche del martes 13 de abril en el sector La María 1 de San Juan. Allí Ernesto Paredes alertó a la policía sobre la detonación de un artefacto explosivo en el techo de su casa que dejó varios daños.

En el sitio el hijo del denunciante narró a los uniformados que había escuchado el sonido de una motocicleta en las afueras de su domicilio y minutos después, sintió que algo cayó en el techo de la habitación donde descansaba.

Huellas

De repente el estruendo similar a una explosión lo levantó de la cama e intentó ver quienes eran los causantes pero no logró divisar a ninguno. La huella del atentado se evidenció en el techo y el tumbado del interior de la casa.

Los gendarmes consultaron a las víctimas si habían recibido algún tipo de amenazas pero alegaron que no tienen problemas con nadie.