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La vacunación se prioriza a maestros con mayor edad.Karina Defas

COVID-19: ¡En Quito, docentes se vacunaron con nerviosismo y todo!

Maestros y conserjes de establecimientos fiscales cumplieron con el proceso en medio del nerviosismo y las dudas, pero... tienen esperanzas.

Los maestros llegaban de a poco al colegio Manuela Cañizares, en el norte de Quito. 500 fueron los primeros elegidos a nivel nacional para recibir la vacuna contra el COVID-19.

El domingo les llegó un correo electrónico para notificarles que serían los beneficiados, hubo alegría, pero también temor, pues aún existen dudas por la eficacia del medicamento y por los efectos secundarios.

“Cuando me llamaron, me puse nerviosa, pero decidí acudir porque debemos reactivarnos ya”, dijo Diana Collaguazo, docente del Colegio Junta Nacional de la Vivienda.

En el recinto, los médicos asignados les tomaron los signos vitales antes de la inyección, Diana tuvo que sentarse un rato para calmar los nervios.

“Hasta ahorita estoy bien, pero justo veía en las noticias que hay gente que se muere”, agregó.

Pero no todo es miedo. Los maestros ven la inoculación como una oportunidad para volver a las aulas, pues han visto como, por falta de recursos, sus alumnos han dejado de asistir a clases. “En mi escuela al menos el 40 %. Es preocupante porque no podemos localizarlos”, dijo Ana Jaramillo, también maestra que accedió al medicamento.

Según el Ministerio de Educación, el plan piloto de vacunación docente pretende inmunizar a 215.509 maestros de la red de educación a nivel nacional, entre fiscales, municipales y particulares y se prevé se cumpla hasta el 20 de mayo de 2021. Sin embargo, existen otros sectores de la población que piden ser tomados en cuenta en el proceso de inmunización. 

Las medidas extremas de bioseguridad no son suficientes dentro de los consultorios.Cortesía
Odontólogos, en contacto directo con el virus

Uno de los gremios que ha pedido a gritos por las vacunas son los odontólogos, quienes a pesar de todas las medidas de seguridad están expuestos al virus.
Édgar Pantoja, médico de esta rama, explicó que el riesgo que corren es alto, pues los pacientes no pueden usar tapabocas en las consultas. Además de que las herramientas que se utilizan hacen que los fluidos bucales se esparzan. “Por más tapados que estemos sigue siendo un peligro de contagio”, agregó.

El galeno es parte de un grupo de 1.800 colegas que se han unido para pedir al Ministerio de Salud que sean tomados en cuenta en el plan de vacunación, aunque no se ha concretado alguna reunión con el Ministerio de Salud.

“Incluso nuestros asistentes corren peligro porque atienden pacientes en lugares cerrados”, comentó.
Según Pantoja, no existe una base de datos en la que se registren sus colegas contagiados o muertos por el virus.