Un trauma craneoencefálico provocado por un fuerte golpe en la cabeza fue la causa de la muerte de la profesora Martha Jéssica Rivera Carbo, reveló la autopsia practicada a su cuerpo.

Te invitamos a leer: La identidad y las últimas horas de la profesora de colegio hallada sin vida en Guayaquil

La docente, de 49 años, fue encontrada sin vida la noche del lunes 18 de marzo, en la vereda de una vivienda esquinera en la manzana 8 de la ciudadela La Herradura, en el norte del Puerto Principal.

En medio del dolor y consternación de sus familiares y amigos, desde la tarde del martes sus restos son velados en la Sala de Velaciones de la Junta de Beneficencia de Guayaquil.

Su esposo, José Contreras García, contó que aproximadamente a las 13:20 del lunes Martha salió del colegio, situado en el norte de la ciudad, donde laboraba desde hace 10 años, tomó un taxi y se dirigió al centro para comprar didácticos que iba a utilizar para impartir sus clases.

“Ella estuvo hasta las 15:30 en el centro, compró en tres locales de las calles Aguirre y Luque, pudimos constatar con las facturas que llegaron a su correo electrónico. También por siete ocasiones intentaron meterse a su cuenta bancaria y retirar dinero, parece que se les bloqueó la clave y no pudieron sacar la plata”, manifestó el viudo.

La profesora, quien durante su vida profesional laboró en tres planteles particulares de Guayaquil, habría abordado un taxi para regresar a su casa en el sector de Las Orquídeas, en el norte porteño. Sin embargo, en el trayecto habría sido atacada por sus asesinos.

“Fue una noche de sufrimiento, angustia, desesperación, impotencia. Ella no contestaba el celular y no llegó a dormir a la casa. Al siguiente día fuimos a buscarla a los hospitales; finalmente, la encontramos en la morgue, allí nos dijeron que habían llevado a una mujer con similares características a la de mi esposa, presumimos que se trató de un robo”, sostuvo.

Martha tenía dos hijos, ambos mayores de edad; hace 20 años su primer esposo y padre de sus descendientes falleció en un accidente de tránsito. Años después conoció a José. Siempre le decía a sus familiares que el día en que falleciera, su deseo era que su cuerpo sea cremado y que sus cenizas sean arrojadas al mar.

“Le gustaba mucho ir la playa, cumpliremos su deseo. Mañana (hoy) sus cenizas serán esparcidas en Salinas”, agregó Contreras, mientras con tristeza observaba el ataúd de quien fue su pareja durante 18 años.

Una fuente policial reveló que en el momento del hallazgo, en poder de la víctima no se encontraron ni sus documentos personales ni tarjetas de crédito, las cuales llevaba en su cartera, según la versión dada por sus familiares. (AEB)

¿Quieres leer más contenido de calidad? Suscríbete a Diario EXTRA