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¡Princesa, la heroína de San Roque!
Un hombre iba a ser atacado con un cuchillo, la mascota salió en su defensa y recibió una puñalada en la mandíbula.
Princesa aún camina despacio, debe tomar pastillas contra el dolor y para que la herida, de unos 15 centímetros en su mandíbula, no se infecte. Se recupera de a poco de una puñalada que recibió en San Roque, centro de Quito.
La perrita de raza pitbull, rescatada en ese sector hace tres meses por la familia Tumipamba, casi muere desangrada el 16 de julio, luego de que un sujeto la apuñalara.
Doménica Tumipamba recuerda que esa fecha escuchó algunos gritos cerca de su local, en la calle La Libertad. Se trataba de un tipo que intentaba acuchillar a otro. “No sé si fue por robarle o porque se estaban peleando”.
Princesa salió con Doménica. La mascota intentó defender al vecino, poniéndose delante de él. “Ahí le dio una puñalada en la mandíbula”.
La mujer corrió a su negocio y cerró la puerta, pues el agresor se quedó parado con el cuchillo ensangrentado en la mano. Tenía miedo de que la atacara también a ella.
EN BUSCA DE AYUDA
En cuanto el agresor se fue, Doménica fue a ver a Princesa, que ya no podía caminar debido a la herida. La sangre le salía a borbotones por la nariz y el hocico. “Le hice un torniquete para suspender la hemorragia, pero no era suficiente”.
Un vecino las llevó a una veterinaria del sur de la capital, pero allá le dijeron que la cirugía para la perrita costaba 300 dólares. Algo que no podía pagar. “Me mandaron unas pastillas que no funcionaron. Le coloqué tela de huevo en mi desesperación”, añade.
Luego les pusieron en contacto con la Fundación Camino a Casa, que se dedica a ayudar a perritos maltratados. La entidad informó en un comunicado que Princesa llegó luego de varias horas para ser atendida.
“Tan pronto fue al hospital, los médicos detuvieron la hemorragia y limpiaron la herida”, continúa el boletín.
Además fue necesario hacerle una radiografía para descartar que el ataque haya afectado sus órganos internos. “La cortada estaba muy cerca de la yugular, se salvó de milagro”, dice Doménica.
La mascota respondió bien al procedimiento y hasta pudieron esterilizarla. Además, sus dueños aclaran que ella no atacó al maleante, pues nunca ha sido agresiva.
Ahora, los niños de esta familia acarician a Princesa. Dicen que lo único que les ha dado es amor y por eso casi la pierden. “Ella siempre pasaba por el barrio, pero se quedaba en nuestra puerta. Decidimos adoptarla”, finaliza Marcelo Tumipamba.