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Christian Vargas subió en $0.25 centavos el precio de su producto, hasta que el aceite se venda al costo de antes.Carlos Klínger / EXTRA

Por el precio del aceite, se 'fregó' la salchipapa

Ni el fin del paro bajará el precio del insumo líquido. Desde antes de las movilizaciones la caneca está carísima. 

El alivio por la finalización del paro nacional no es para todos. Quienes venden ‘jama’ y trabajan con aceite al por mayor, creen que el desbloqueo de vías y reabastecimiento de víveres no hará que ese producto baje de precio.

Entre los más afectados están los ‘duros’ de las salchipapas. Un bocadillo infaltable en todo barrio, por su precio accesible, que hasta protagoniza memes en redes sociales.

Sofía Carvajal, quien tiene un local donde se ofrece aquel aperitivo, en la ciudadela Los Esteros, al sur de Guayaquil, dice que para los ‘pelados’ de colegio o las parejitas de jóvenes la salchipapa es lo más ‘pepa’ de su menú fuera de casa. Porque “quien te quiere en verdad, te brinda una”, comenta riendo.

Pero al hablar de números la sonrisa se le esconde. Y no es para menos. La caneca de aceite que compra está cara. Pasó de 29 a 48 dólares, cuenta la emprendedora. El aumento fue aproximadamente hace dos meses, antes del paro.

El denominado aceite popular, anunciado por el Gobierno, beneficia más a las familias, agrega. En el caso de los negocios de comida no conviene adquirirlo porque requieren otro especial, de uso industrial, que no se quema tan rápido como los que utilizan en casa.

“Estoy manteniendo el precio. Se está dando la porción normal, pero yo solía dar bien despachado. Necesitamos vender y tampoco quiero que mi cliente sienta que no puede salir de su casa para darse un gusto, porque comerse una salchipapa no es un lujo”, refiere.

Ante el aumento en el valor del líquido para freír, algunos optan por las porciones moderadas.Carlos Klínger / EXTRA

PRECIO SEGUIRÁ SIN PARO

Ratificando lo que expresa Sofia, Francesca Ferrero, delegada sectorial de Turismo y Restaurantes de la Cámara de Comercio de Guayaquil, aclara que el aumento en el precio del aceite no tiene que ver con los 18 días de manifestaciones.

La empresaria, propietaria de dos restaurantes, explica que la situación se origina en la oferta y demanda internacional de palma, agravada por el conflicto europeo entre Rusia y Ucrania. Por esas razones ajenas a Ecuador duda que el costo baje, aunque ya no hay paro.

“Hemos asumido el incremento de diferentes maneras: variando nuestros menús, cambiando las guarniciones tratando de dar otra opción que no ocupe aceite, pero es muy difícil modificar lo que la gente quiere consumir”, expone.

Pero hay dueños de locales, como Christian Vargas, que en vez de variar sus platos, incrementaron un tanto los precios.

El ciudadano subió la ‘poderosa’ salchipapa, de $1.50 a $1.75, y tomó acciones similares con otras comidas preparadas con aceite, como el pollo brostizado.

El ‘pito’ es que no toda la clientela quiere pagar, reconoce. Por eso tampoco ha exagerado en el nuevo precio.

Christian probó con el aceite de mesa, pero el rendimiento no es igual, “se quema rápido”. Por tal razón lo descartó como alternativa. Mientras tanto aguanta el ‘bache’ hasta que el líquido de categoría industrial vuelva a su valor de antes.

En Finlandia, la petrolera Neste elabora combustible a partir de grasas animales y aceites vegetales.

MÁS RECICLAJE CON BILLETE

Ferrero indica que otra de las alternativas que han implementado para enfrentar el problema es apoyarse en las empresas que ofrecen incentivos por reciclar.

“Lo que suelen hacer estas compañías es que te compran el aceite usado. Por cada caneca te pagan entre 10 y 15 dólares. Eso hace que el local tenga un compromiso ambiental y también se beneficie económicamente”, manifiesta. También hay proveedores que canjean una caneca nueva por tres con el líquido usado.

Las canecas de aceite usado se canjean por aceite nuevo.Cortesía

En ese proceso ella ve una oportunidad de enfrentar en parte el costo aumentado temporalmente, pues ve complejo que, con la complicación presupuestaria, el Gobierno pueda otorgar un subsidio al sector gastronómico.

En su criterio, debe incentivarse aún más este proceso de reciclaje, para permitir que los dueños de comedores tengan ese ingreso adicional y darle ‘respiro’ al bolsillo.