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Policía tras la pista de banda sanguinaria
La agrupación que opera en Cumandá, Bucay y sectores aledaños, sería la autora de los dos asesinatos perpetrados en una gasolinera de El Triunfo
Están acostumbrados a fingir ser clientes y cuando ya tienen a sus víctimas sometidas, les roban y las matan.
Así, según las investigaciones, le hicieron al despachador de combustibles Jefferson Henry Chuqui Sinalisa, de 22 años, y a Vilma Mendoza, arrendataria del minimárket de la gasolinera Crudo Gas, del recinto San Joaquín, en la vía El Triunfo-Bucay, a quienes asesinaron con un balazo en la cabeza durante un asalto ejecutado la noche del domingo 10 de octubre.
Por los videos de circuito cerrado y testigos, la policía ya tendría plenamente identificados a los pistoleros.
Según el coronel Bolívar Acurio Altamirano, jefe de la Policía del Distrito El Triunfo-Bucay, la organización delictiva que asesinó a las dos personas en la estación de servicio, tiene su ‘guarida’ en el cantón El Triunfo, desde donde realizan el perfilamiento de sus víctimas, pero ‘camellan’ en los cantones Bucay, Cumandá y otros sectores aledaños.
Los delincuentes tienen en zozobra a la zona porque son considerados sanguinarios. Su modus operandi es llegar a pie para no levantar sospechas, informó el oficial.
Vilma Mendoza trabajó por muchos años en gasolineras del sector, pero con sus ahorros decidió alquilar el minimarket de la Crudo Gas, donde llevaba alrededor de 6 meses laborando en su negocio propio. Pero los malandrines no solo que terminaron con su emprendimiento, sino que le quitaron la vida a la madre de tres niños.
“Queremos que se atrape a esa banda y se haga justicia. La muerte de mi hermana no puede quedar impune, los culpables deben ser castigados”, señaló Eugenia Mendoza.
Según datos de personas que viven en los alrededores, una despachadora se habría salvado de morir. En el sitio hay hermetismo, nadie quiere decir ni una sola palabra al respecto, pero quienes hablaron indicaron que una empleada de la gasolinera salió corriendo mientras mataron a Chuqui. La mujer nerviosa pidió entre lágrimas ayuda a los conductores y fue cuando avisaron a la policía.
Ambas víctimas ya fueron sepultadas. Chuqui fue enterrado en el recinto Cascajal, y Mendoza en Bucay donde residía con sus padres e hijos. (MUC)