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Impactante: Una mujer y su hija vivieron 20 años entre dos toneladas de basura en Playas
Una adulta mayor y su ser querido fueron atendidas por las autoridades de la zona. Aquí le contamos su impresionante historia
Rosita y su mamá Margarita vivieron una historia de olvido y abandono durante 20 años. Ambas mujeres pasaron sus días en medio de dos toneladas de basura que la hija de la adulta mayor recogía, en una casita del barrio La Concordia, sur de Playas, en Guayas.
Todo empezó con el final de una historia de amor. Francisco, hermano de Rosita, recuerda que ella era una joven muy bonita que tiempo atrás se enamoró de un hombre con quien tuvo un hijo.
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Pero su pareja la abandonó. Francisco cree que al dejarla, él le hizo algún tipo de brujería o daño, porque a partir de ese momento su hermana, hoy de 36 años, cambió su actitud.
Ella empezó a recoger basura en la calle, sin que nadie pudiera impedirlo, pues se enojaba. Y aunque los parientes botaban los desechos, Rosita volvía a traer más, rememora Francisco, un hombre de pocas palabras.
- El drama
Con los años, esa basura se fue acumulando y sobre ella Rosita se acostaba a dormir. De los desechos, la mujer sacaba un peluche, lo más valioso que tenía en ese cerro de desperdicios en el que vivía con su madre Margarita.
La señora, de 80 años, pese a sus precarias condiciones, se ha encargado de cuidar a Rosita, quien tiene problemas mentales. La adulta mayor, en cambio, padece de una infestación de parásitos (miasis) en el pie y cifoescoliosis, lo que le provocó una deformidad en la columna.
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Margarita, Francisco, Rosita y su hijo viven en dos cuartos de tres por cuatro metros. Allí se ha amontonado la basura, junto a la cocina y un espacio para dormir. Las paredes del inmueble son de caña y una de ellas es la pared de un patio vecino.
Cuando esta familia consigue algo de dinero para comer, cocinan lo que compran en un viejo fogón a carbón. Pero cuando no hay nada de plata, Margarita sale a pedir comida a los restaurantes, porque sus hijos -el de ella y el de Rosita- no tienen trabajo, dice Rosendo Lindao, un vecino del barrio.
- La ayuda
El pasado 7 de diciembre las mujeres fueron rescatadas de sus precarias condiciones por la iniciativa de la jefatura política, a la que se unió la dirección de Gestión Social del Municipio.
Trabajadores de la Empresa Pública de Aseo de calles (en Playas) sacaron las dos toneladas de basura de las viviendas acumuladas y desinfectaron el inmueble en un lapso de seis horas.
Funcionarias de Gestión Social bañaron, peinaron y les pusieron ropa limpia a las dos mujeres. Mientras que la jefatura política les entregó ropa, comida y dos camas con sus respectivos colchones.
Luego, madre e hija fueron llevadas al hospital básico para que les hicieran un chequeo médico: esto confirmó las enfermedades de Margarita y el deterioro mental de Rosita.
Las mujeres siguen viviendo en sus cuartos, pero ya están limpios y en mejores condiciones, con agua, luz, sillas y camas, además de comida y ropa. Y sin el cerro de basura.
- Les darán una mejor casita
Ana Franco, jefa política del cantón, dijo que, con la ayuda de la comunidad, les van a construir una casita.
Aseguró que ya tomó contacto con el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y el Ministerio de Salud Pública (MSP) para que, a través de un centro de atención de personas en estado de abandono, las ayuden en su salud.
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