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El clima no ha sido el mejor para los visitantes de los balnearios de Santa Elena.Joffre Lino.

Los turistas llegaron pero el sol no salió

El feriado continúa en las playas y aunque los hoteles se han llenado en un 90%, los turistas prefieren no gastar en artesanías ni carpas a orillas del mar.

Miles de turistas pernoctan en los balnearios de Santa Elena. La mayoría de ellos llegaron la tarde del jueves 1 de noviembre. La ocupación hotelera creció a un 90%, pero el astro rey en el segundo día de descanso tampoco apareció.

En las primeras horas de la mañana de este viernes 2 de noviembre muchos de los visitantes optaron por pasear en los malecones y otros ejercitaron sus cuerpos al pie del mar.

“Hemos venido a pasarla bien y aunque haga algo de frío no importa, el encanto de la costa es maravilloso, siempre será relajante venir a los balnearios”, comentó el lojano Luis Terán, quien se hospedó en Salinas para de allí junto a su familia, recorrer Ayangue y Olón.

Aunque el número de visitantes aumentó en los balnearios, las ventas de productos varios en la playa no creció. El alquiler de carpas y parasoles también estuvo bajo; el comerciante José Pilay en Salinas logró alquilar 8 de las 15 sombrillas que normalmente coloca en la arena.

“Como no hace sol la gente prefiere pasear y no se queda en un lugar fijo, además se siente la crisis económica porque ni los compañeros que venden artesanías le ha ido bien”, dijo Pilay.

Ya en la tarde las carreteras peninsulares presentaron congestionamiento vehicular, de manera especial la vía que une a los balnearios La Libertad con Salinas y La Libertad- Ballenita, este último con su recién inaugurado malecón atrajo a los turistas.

Los elementos de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) optaron por ubicarse al pie de los semáforos y ser ellos los encargados de ordenar el tráfico, para de esta manera disminuir las enormes columnas de automotores que empezaron a formarse.

“Así fluye más rápido todo, sino se torna difícil poder pasar”, comentó la guayaquileña Delia Albán desde su vehículo.

A los balnearios de Santa Elena no sólo llegaron visitantes de la sierra, sino un alto porcentaje de costeños “lindo visitar Salinas, vuelvo a los tres años, aunque el agua está bien fría yo no me quede con las ganas de bañarme”, comentó sonriente la machaleña Ruth Ibáñez.