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Los parientes de la mujer calcinada llegaron a la morgue de Quito desde Colombia para iniciar los trámites de repatriación.Angelo Chamba

Familiares llegaron sin plata para repatriar a mujer fallecida en incendio en Atacames

La hermana e hijo de la víctima llegaron desde Cartago, Colombia a llevarse el cuerpo. Ya la reconocieron en la morgue de Quito

Una maleta y una mochila era todo el equipaje que Sandra y Juan Manuel Echeverri trajeron a Quito desde Cartago, Colombia. Tía y sobrino viajaron a reconocer los restos de Jennifer Echeverri, quien murió calcinada en un incendio en Atacames, Esmeraldas.

Ayer, luego de 18 días de la desgracia, por fin pudieron ir a la morgue de la Policía, en el noroccidente de la capital. Allí preguntaron qué trámites debían hacer para sacar el cadáver.

En su espera, Sandra, hermana menor de la fallecida, contó que, tras enterarse del deceso, lograron reunir algo de dinero para el viaje y el papeleo que realizarían en Ecuador.

La madrugada del 16 de julio, el inmueble donde residía Jennifer se quemó por completo. Ella fue llevada a un hospital de la localidad esmeraldeña, pero luego la transfirieron a Quito. Sin embargo, en la capital tampoco pudieron salvarla. Sus quemaduras eran letales.

El trayecto

Juan Manuel, hijo de la fallecida, explicó que estaba en la casa de su abuela cuando Sandra se contactó con él para contarle lo ocurrido. “Los conocidos de mi mamá fueron los que hablaron con mi tía.”, resumió el chico, de 19 años.

Conteniendo sus lágrimas, detalló que Jennifer y él estaban un tanto distanciados, aún así, la víctima intentaba enviarle algo de dinero para su manutención porque la familia es de escasos recursos económicos.

El 31 de julio, Sandra y Juan Manuel tomaron un autobús desde Cartago –donde ambos viven– y viajaron dos horas hacia Cali. “Llegamos hasta Ipiales y después pasamos Carchi. Nos hicimos un promedio de 23 horas de recorrido”, contó la mujer.

El hecho se produjo en Atacames, en un sitio en el que antes funcionaba un bar.Cortesía

Arribaron a Quito la tarde del 1 de agosto y alquilaron una habitación en un hotel para pasar la noche. Antes de ir a la morgue, ambos guardaban la esperanza de que el cuerpo que estaba en el anfiteatro no fuera el de su pariente.

La mañana de ayer se armaron de valor para entrar y vieron el cadáver. Era Jennifer. “A pesar de que estaba hinchada, la reconocimos por sus facciones”, afirmaron los familiares.

El trámite

Luego de eso, Sandra indicó que debían ir hasta el Consulado de Colombia en la capital para apostillar un documento. “Esperemos que nos ayuden rápido porque no sabemos cómo repatriar el cadáver”, lamentaron. Su única certeza es que se trata de un trámite costoso y no tienen dinero para hacerlo. Otra duda que siente es si llevar a Jennifer cremada a la tierra que la vio nacer hace 35 años o repatriar el cuerpo entero.