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Los allegados fueron hasta la morgue para retirar los restos del ser querido.Miguel Ángel González

¡Sin plata para enterrarlo!

Hombre habría sido atropellado en la Simón Bolívar de Quito. La madre debió pedir billete a sus panas para el sepelio de su hijo, 15 días después.

Mariana Manzaba estaba un poco aliviada porque al fin, luego de 15 días, pudo retirar el cadáver de su hijo Ángel Manzaba. Sin embargo, el dolor por haberlo perdido le ‘apretaba’ su corazón al recordar, la mañana de ayer, cómo murió.

La mujer junto a unos amigos fue a la morgue de la Policía, noroccidente de Quito, para sacar los restos. Mientras esperaban, Mariana contó que el 11 de julio, Daniel salió de su casa en La Argelia, sur de Quito, para trabajar cuidando autos en el mirador que hay por aquella zona.

“Él se dedicaba también a recolectar plásticos y muchas más cosas que se puedan reciclar para venderlas”. Pero las horas pasaron y el hombre, de 30 años, no volvía a su casa.

Un día más tarde, la mujer acudió a la Policía para que la ayudaran a buscarlo. Los agentes recorrieron los hospitales y también la morgue, donde lo encontraron.

“Al parecer, lo atropellaron en la avenida Simón Bolívar porque tenía varios golpes en su cabeza”, rememoró la progenitora. El cuerpo de Daniel estuvo en el anfiteatro cerca de dos semanas porque su mamá no tenía plata para enterrarlo.

"Los agentes me mostraron una foto de mi hijo y ahí pude reconocerlo. Estaba muerto en la morgue”.Mariana Manzaba
madre de la víctima

El cáncer

Durante ese tiempo, Mariana acudió a un grupo de amigos para que le colaboraran y comprar un féretro. También para pagarle un lugar y sepultarlo. “Dando gracias a Dios hubo gente buena que me ayudó”, agradeció.

Sin embargo, ahora quedó en la incertidumbre porque Daniel era el sostén de su hogar. La señora vende en la calle, pero lo que gana no le alcanza para comer ni tampoco para medicinas.

Ella necesita diariamente pastillas para combatir un agresivo cáncer que invadió su seno derecho. Desesperada, mostró la herida que le provocó la enfermedad, que cada día le quita las fuerzas para vivir.