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Familia

Si no pone límites, su hijo no la dejará trabajar, estudiar, salir, etcétera.Shutterstock

¡Pilas!, no 'enfaldes' a tu hijo, lo vuelves inseguro

Una cosa es que ambos tengan un apego natural, otra que los chicos no se quieran despegar de ti. La primera situación les da confianza a los menores, la segunda se las quita

Procuras no salir mucho de casa. Y cuando lo haces, tratas de esconderte de tu hijo, porque si te ve él llora, se desespera e incluso puede ponerse histérico con solo pensar que se separa de ti. Es probable que él quiera estar todo el tiempo contigo.

Sin embargo, el padre de familia debe de aprender a diferenciar la dependencia del apego seguro, señala la psicóloga clínica Yanira Ibarra.

“El primero es la necesidad de estar con alguien, incluso para tareas sencillas. El niño no se siente capaz de realizarlas. El apego seguro es el lazo afectivo entre madre e hijo que no influye en las tareas que él hace. Un menor inseguro quiere a su madre todo el tiempo para ‘sentirse bien’, no se siente apto de hacer nada sin ella, generando dependencia emocional y el trastorno del niño consentido”, dice Ibarra.

El apego se da con el cuidador, quien los alimenta, les juega. El 95 % recae en la mamá o abuela, indica la psicóloga clínica Susana Osorno.

Su colega añade que la dependencia se da con la persona que más lo consiente.

Padres e hijos

El niño puede presentar baja autoestima porque siente que solo puede lograr algo cuando tiene ayuda o le dicen cómo hacerlo. Suele ser demandante y egoísta, requiere atención solo para él.

Cuenta con baja tolerancia a la frustración y dificultad en el control emocional. Es desafiante de la autoridad, y algunos buscan aprobación constante. Se les complica las relaciones sociales y no se esfuerzan por conseguir lo que quieren, pretenden que les llegue fácil, detalla Ibarra.

Los padres sienten que no pueden realizar nada sin sus hijos. Tienen cambios de humor por los comportamientos disruptivos del niño, aparecen frases como: “No sé qué hacer”.

Van del autoritarismo al permisivismo. Tienen conflictos con la pareja y familia, nadie le tiene paciencia al pequeño.

Presentan preocupación excesiva por la emocionalidad del niño cuando no se lo tiene cerca, entre otras manifestaciones.

No se lo 'arranche' a mamá

Lo peor que puede hacer es dejar llorar al niño y/ o despegarlo bruscamente de su madre, esta acción es irrespetuosa tanto para la madre como para el niño, porque no se le enseña a gestionar la emoción ni a trabajar en su seguridad, manifiesta Ibarra.

“Recordemos que las interpretaciones de los niños no son iguales a la de los adultos, entonces los pequeños lo asumen como si ellos hicieron algo malo y por eso lo castigan alejándolo de su progenitor”, explica la psicóloga. 

Mala enseñanza

Una madre  decepcionada de la vida, de su situación sentimental, laboral , etcétera,  se puede aferrar emocionalmente al niño y le enseña a él esa conducta como si fuera normal y sana, dice Osorno. 

"El niño tiene ese 'enfaldamiento' y apego excesivo porque ella no le enseñó a ser independiente. Luego él sufre; esto hay que trabajarlo, porque después va a depender de  amigos y parejas, no va a tener una relación saludable con otras personas", asevera la especialista en salud mental.

EXTRATIPS: 

1. Permite que el niño sea independiente. Solo supervísalo, él se sentirá valioso y capaz.

2. Enséñale a regular sus emociones. Que las exprese en palabras para que luego pueda controlarlas mediante estrategias, como la respiración.

3. Motívalo a que logre sus metas. Aún las más pequeñas, como ir al baño solo, arreglar sus cuarto, etcétera. Asimismo pídele colaboración en las tareas de casa, lavar los platos, tender la ropa, entre otras, y reconoce su esfuerzo.

Enséñele a su hijo ayudar en casa, póngale tareas de acuerdo a su edad.Pixabay

4. Tengan rutinas. De esa manera ellos saben lo que les espera en su día a día. Sabrán cuando sus cuidadores no estarán en casa, estarán anticipados.

5. Fija límites y reglas. Que sean acorde a la edad del niño. No le prestes atención excesivamente, no otorgues premios o recompensas por las buenas conductas y evite castigar las inadecuadas.

6. Converse con sus hijos. Dígales quién será la figura de autoridad mientras sus cuidadores primarios no están. 

“Mientras no haya más apertura en su círculo, ellos se pegarán a mamá. Si sigue esta conducta, a futuro puede depender de las amistades y parejas”.Susana Osorno, psicóloga clínica
No le preste constante atención a su hijo, este abusará de ello.Pixabay
“Entre los 2 y 3 años de edad, el niño genera su independencia y fortalece su personalidad, por eso es común que digan: ‘Yo solito’ o ‘yo puedo’”.Yanira Ibarra, psicóloga clínica