Exclusivo
Actualidad
Perrito no se 'despegó' del cadáver de su amo en Quito
El caso se registró afuera del Centro de Salud Número 1 en el Centro Histórico. El hombre estaba en situación de calle.
La fidelidad de un perro por su amo fallecido quedó inmortalizada en una fotografía. No la tomaron de una película o en otro país, sino en la calle Rocafuerte, afuera del Centro de Salud N° 1 en el centro de Quito.
Allí fue encontrado el cadáver de un hombre afroecuatoriano de unos 50 años aproximadamente, quien vivía en situación de calle. Y ayer, a 5 días del suceso, la imagen que muestra al can junto al cuerpo quedó también en la memoria de los residentes del sector.
Uno de ellos era José David Arcos, de 35 años, quien regenta una tienda al frente del centro médico. Desde ahí vio a aquel individuo delgado, que se abrigaba con una chompa y caminaba con su inseparable mascota.
Testigo
“El señor había llegado acá (afuera del centro médico) y decía que tenía dolores. Pero al parecer se encontraba en estado etílico”, detalló Arcos, ayer, parado dentro de su negocio.
Eran las 21:00 del 2 de febrero cuando ocurrió eso. “Recuerdo el momento porque a esa hora cierro y antes de hacerlo vino el hombre a comprarme una cola”, refirió.
Sobre el frigorífico de los helados, el individuo colocó unas pastillas y con un sorbo de gaseosa se tomó una de ellas. Lo que a Arcos le llamó la atención fue la fidelidad del perrito.
“Estaba siempre a los pies de ese señor. Cuando el hombre se ponía de cuclillas, el perrito se paraba en dos patas y le lamía la nuca o parte del cuello”, describió Arcos.
La muerte
Amaneció y la gente llegaba al centro médico para hacer fila cerca del hombre que estaba recostado en un pequeño corredor junto a su perrito que miraba con desconcierto. “Unos policías se acercaron para despertar a ese señor, pero no respondía. Se dieron cuenta de que murió”, relató Julián, un joven que oferta servicios de laboratorio afuera del lugar.
Más tarde arribaron miembros de la Dinased, Criminalística y de Medicina Legal para indagar y levantar el cadáver. Pero en aquel instante se conmovieron porque el can no se separaba de su amo.
Afligido se sentaba o recostaba junto a los restos de ese hombre al que se lo veía frecuentemente caminar por la zona, según Julián. “La verdad, no me he fijado en el perrito, pero al señor se lo veía que se quedaba a dormir afuera del centro de salud”, contó mientras señalaba una esquina donde pasaba las noches.
Un joven que pasó por el lugar se apiadó por el perrito y lo llevó en auto a la Fundación Lucky Bienestar Animal. “Supimos que el señor fallecido rescató al perrito cuando tenía ocho meses y estaba malherido”, explicó María Reyes, fundadora de Lucky.
Cuando llegó a la fundación, este can que no tiene nombre estaba triste. Lo revisaron y se encontraba bien de salud. “Ahora está un poco mejor y buscamos un hogar amoroso. Pero primero vamos a vacunarlo, esterilizarlo y a desparasitar”, refirió Reyes.