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La perra que mató a adulta mayor en Quito actuó por instinto; no hay cargos contra su dueño
La pitbull solo quería defender a sus crías. Un experto y una ordenanza dan luz sobre la tenencia responsable de este tipo de mascotas.
Carlos Torres fue uno de los últimos familiares que se quedaron en la morgue, retirando los documentos para poder dar sepultura a su abuelita, la mañana del 4 de agosto. Aída Muñoz, de 92 años, fue atacada por una perra pitbull la tarde del martes 3 en su domicilio, ubicado en la California Alta, norte de la capital.
Torres comentó que su parienta murió desangrada. Una parte del rostro quedó irreconocible luego del ataque del animal. Y una de sus manos estaba desprendida del cuerpo.
Añadió que el dueño del animal es su primo, quien fue llevado a la Unidad de Flagrancia por la Policía, pero el fiscal del caso no avaló la detención del hombre. Consideró que se trató de una muerte accidental. Tampoco tuvo una sanción económica porque el animal era parte de la familia.
Torres reconoció que a la pitbull, a la que bautizaron como Cazadora, la recogieron de la calle hace pocas semanas “para darle una mejor vida”.
El día del ataque, el animal había parido varios cachorros y Torres presume que por querer acariciarlos, su abuela feu atacada. Cazadora y sus crías fueron llevadas por funcionarios de Urbanimal.
Tenencia responsable
Torres dijo que la mascota pudo haber tenido esa reacción como un instinto animal de protección a sus crías y añadió que no saben cuál era su comportamiento ni su pasado.
En este contexto, y bajo otros vacíos normativos que vulneraban el bienestar de la fauna urbana, el Municipio de Quito emitió una ordenanza el año pasado en la cual existe un apartado acerca de la tenencia responsable de animales.
El artículo 58 especifica que para que un animal sea considerado como peligroso, se debe realizar una evaluación clínico-comportamental a cargo de dos profesionales: un veterinario y un etólogo.
Ellos están encargados de determinar el grado de peligrosidad y la posibilidad o no de rehabilitación del animal. Además, en dicha ordenanza se detallan las medidas a tomar por parte del dueño de la mascota
Un error humano
El veterinario zootecnista Oswaldo Caviedes enfatizó que ninguna raza de perros es agresiva ni peligrosa, sino que todo depende de su crianza. “Hay que analizar si hubo circunstancias que le generaron traumas o episodios de violencia”, argumentó el profesional.
En el caso de los pitbull, mencionó que según su historia genética son fuertes por excelencia porque fueron entrenados para la guerra. Sin embargo, añadió que es una raza muy leal y por eso “los utilizan como cuidadores de recién nacidos y de ancianos”.
En el presente caso, Caviedes indicó que la señora habría cometido una imprudencia al acercarse a una perra recién parida y que fue recogida. “No sabía si la señora le quería adular o atacar y reaccionó violentamente para cuidar a sus cachorros”.
El veterinario aclaró que para tener este tipo de razas, los dueños se deben educar previamente, porque los pitbull son jerárquicos y deben ser manejados por alguien que tenga una personalidad fuerte y una estabilidad psicológica.
El error, según el experto, es tratar a los perros como hijos y no como animales. “Esa humanización sí es peligrosa”.
Diario EXTRA solicitó información a Urbanimal para conocer cuál sería el desenlace de la perra, pero no hubo respuesta hasta el cierre de la presente edición.