Todos hablan del paro, de las movilizaciones y del relajo que hay en las calles. Pero nadie se atreve a hacer una radiografía completa de los ‘paros’ que hay en los hogares. Esos sí son cosa seria.

Son las ‘movilizaciones’ que no tienen cobertura periodística, solo el correveidile de la familia o los vecinos que se ‘comen’ el drama. Son las peleas del marido y la mujer.

¿Pero cómo es un paro interno en el hogar? En tiempos de tecnología, las peleas dentro de la casa también han cambiado. Cuando el ‘paro’ está iniciado entre el ‘duro’ y la ‘dura’, pasa lo siguiente...

TOPACIO VS. NETFLIX

En tiempo de antes, la pelea era por ver quién se adueñaba del televisor, se sentaba frente a la pantalla y nadie lo sacaba. Eran otros días. Ahora es diferente: quien gana es el que toma primero el control remoto o desde su celular manda.

La pelea también surge para definir qué es lo que van a ver. Ellas están entre la vieja novela ‘Topacio’ o alguna producción turca; pero el ‘duro’ también tiene sus series favoritas y es adicto a uno que otro deporte. Hay peleas que terminan en empate: la doña con el televisor y el hombre desde su celular.

LA CLAVE DE WIFI

Hay un ‘paro’ realmente rarísimo y es con la clave de wifi, para hacer dar coraje a su ‘amor’. Resulta que el primero que puede cambiar la clave del Internet será el malo de la película y la persona que tenga el poder.

La clave del wifi, en la actualidad, es más importante incluso que el hecho de que haya comida en la refrigeradora. Estar en el chisme de las redes sociales llena más que la comida. Parece falso, pero es la ‘neta’.

A LA SALA

Algo que se mantiene y es una tradición es que cuando hay ‘paro’ en el hogar, el hombre se va a dormir a la sala. Los muebles son su dulce compañía. Claro que si la mamá o hermana viven cerca, se va a dormir allá. Y también hay casos extremos en los que debe salir de la casa e irse a un hotel o donde un ‘pana’.

Y LA COMIDA

El tema de la alimentación cuando hay ‘movilizaciones’ en la casa es también un dolor de cabeza. El varón debe desayunar, almorzar y hasta merendar fuera de ‘caleta’.

El desayuno es el típico del ecuatoriano: en la primera tienda, leche con pan o guineo. Si hay algo más de dinero, va el encebollado, aunque de seguro, con tantos gastos, no hay para pegarse uno. Ni el de balde

Lo triste es a la hora de la merienda. Puede que no le hayan dejado ni para raspar la olla. Eso sí es de llorar. Muchas veces se escucha la frase: “No me dejó ni para el calentado”.

LOS PAROS EN EL PARO

Estos días han sido tristes en varias casas, debido a que por el paro, muchos no han podido salir con los amigos a pasear o de ‘chupa’, pues muchos lo hacen fuera de Guayaquil. ¿Se imaginan las movilizaciones de la Conaie más el ‘paro’ en casa? Eso sí es una conmoción interna.