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El mandatario peruano, durante su intervención en la OEA.cortesía

Pedro Castillo dice en la OEA que no es comunista 

El mandatario peruano sostuvo que no llegó al poder para expropiar a nadie ni ahuyentar las inversiones

El presidente de Perú, Pedro Castillo se declara no comunista ni expropiador de la propiedad privada. Lo dijo la mañana de este 20 de septiembre en la sesión permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), en  Washington.

De acuerdo con el periódico digital Infobae, Castillo indicó no obstante, que cada cierto tiempo es necesario que los pueblos se autoconvoquen para mejorar su estructura política y sus Constituciones.

“A medida que pasan los tiempos y los años, los pueblos tienen que autoconvocarse. Los pueblos tienen que ser convocados también por las autoridades para que su estructura política y sus Constituciones estén a la altura de los pueblos. (Además) las generaciones no pueden ser manoseadas por situaciones antojadizas, jurídicas y políticas. Yo vengo de ese rincón que clama que los cambios estructurales y políticos en el Perú sean escuchados por las autoridades”, dijo el gobernante.

El mandatario señaló que cada vez que se quiere hacer cambios estructurales junto con la ciudadanía y “las personas de abajo” son estigmatizados como comunistas.

“Nosotros no somos comunistas, nosotros no hemos venido a expropiar a nadie, nosotros no hemos venido a ahuyentar las inversiones. Por el contrario, llamamos a los grandes inversionistas y a los empresarios para que vayan al Perú”, expresó Castillo.

Añadió que el Perú es un país “eminentemente” minero, pero que es necesario que la riqueza generada llegue “a las personas más comunes”.

SOBRE EL PAPEL DE LA OEA

Castillo señaló que la OEA debe abrir los espacios para que, como organización de América, sea un espacio “verdaderamente equitativo, donde se garantice los derechos humanos, donde se hable de una verdadera e igualdad de oportunidades”.

Manifestó que los países de la región no deben estar “sacándose los ojos”, cuando tienen enemigos comunes como “las enfermedades, el hambre, la miseria y las grandes desigualdades”.