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Paty, la mujer asesinada en Pifo, habría sido amenazada por Los Lobos
Al parecer, la víctima se dedicaba a vender ‘bazuco’ en la parroquia. La Policía investiga si tenía nexos con la organización criminal.
Los moradores de Pifo, en el nororiente de Quito, continúan con temor luego de que maleantes mataran a Patricia Hernández, quien presuntamente era expendedora de drogas.
La mujer fue asesinada con un tiro en el rostro en el patio de su casa, ubicada en la calle Gonzalo Pizarro, la tarde del domingo 13 de febrero de 2022.
Desde ese día, los vecinos no quieren hablar al respecto, porque temen que haya represalias. Uno de ellos, quien prefirió no identificarse, señaló un pasadizo estrecho y dijo que en la casa del fondo, donde colgaba un lazo negro elaborado con papel crepé, vivía la víctima. “Era de cuidado. La conocían como Paty”, contó.
Desde la Dirección Nacional de Muertes Violentas y Desapariciones (Dinased) indicaron que el móvil del crimen sería por la disputa de poder del microtráfico. La hija de la víctima detalló a los agentes que el 5 de febrero tres sujetos –con acento costeño– hablaron con su madre y le dijeron “que venían de parte del sargento militar de Los Lobos”.
La joven describió que la persona con la que habló su progenitora no tenía mascarilla, era de piel trigueña, cabello lacio y de unos 24 años. Añadió que su madre le cerró la puerta sin darles tiempo de seguir hablando.
Los agentes investigan si el crimen fue por un lío entre bandas o dentro de la misma organización.
Tenía historial delictivo
Moradores añadieron que la mujer era supuestamente una de las ‘duras’ con la venta de ‘bazuco’ y que ‘camellaba’ en el parque de la parroquia y en sus alrededores. Según el sistema de la Función Judicial, Hernández, de 44 años, registraba dos antecedentes penales por tráfico de sustancias estupefacientes.
Ella fue detenida en enero del 2015 porque expendía alcaloides, junto a dos hombres, afuera de un domicilio ubicado en la calle Tulio Garzón.
Salió de prisión a los pocos meses y continuó con la actividad ilícita, pero, en esta ocasión, vendía sola y se movilizaba en el vehículo de un pariente. La arrestaron con gramos de cocaína y marihuana.
Al año siguiente le dieron la libertad, pero no habría dejado ‘los malos pasos’, según los vecinos. Ellos dijeron que la mujer se relacionaba con desconocidos y que no eran del barrio.