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Paro Nacional: ¡‘Venganza’ con plomo!
Un video que captó el momento muestra a los carros de alta gama intentando, al parecer, arrollar a la gente.
Tras el ataque a bala, ocurrido en el valle de Tumbaco, por el sector de la Ruta Viva, nororiente de Quito, la Fiscalía informó que abrió una investigación de oficio frente a este caso de presunto odio.
La situación se puso tensa cuando los ocupantes de dos automóviles se fueron en contra de personas que habían cerrado un tramo de aquella vía que conecta a Quito con sectores como Cumbayá, Tumbaco, Puembo, Pifo y demás.
Un video que captó el momento muestra a los carros de alta gama intentando, al parecer, arrollar a la gente. Luego de esto se escuchan detonaciones que serían de arma de fuego, se difundió en redes.
Una moto quemada
Ante esto hubo personas asegurando que todo se debió a un incidente que se registró mucho antes del tiroteo. La reacción de aquellas personas en los carros sería porque a uno de ellos le quemaron la moto durante las protestas. Al parecer, el afectado convocó a sus panas para tomar venganza por lo sucedido.
Luego de eso se armó el ataque en los vehículos captados en los videos. Al tiempo, en Internet, también empezaron a circular otras filmaciones en las que se miraba cómo otro grupo se ensañaba con automotores de alta gama, los cuales fueron destrozados y sus ocupantes agredidos.
La respuesta
Asimismo, en torno a este pleito que se encendió cerca de Tumbaco, otras personas armadas fueron grabadas en medio de los manifestantes que disparaban. Quienes lograron captar estos incidentes mostraron incluso los casquillos de balas percutidas.
Hasta el momento no ha habido ningún pronunciamiento al respecto para que se especifique quiénes eran las personas armadas que se movilizaban en Tumbaco.
Manifestaciones violentas
La noche del lunes, en el sector de Santa Rosa de Cutuglahua, en Mejía, al sur de Quito, las protestas también subieron de tono cuando muchos de los que impedían el paso ‘amenazaban’ a los transeúntes: si no daban dinero, no podrían circular.
De lo contrario, incluso corrían el riesgo de que sus vehículos fueran apedreados o que les poncharan las llantas. La mayoría de los que se aglomeraron en ese sector no pertenecían a comunidades indígenas. Eran moradores de los barrios circundantes que aprovecharon su ubicación para cerrar.