“La imagen de mi hijo no sale de mi cabeza. Desde el 8 de diciembre, mi vida se convirtió en una pesadilla. Solo le pido a Dios justicia y que todos los responsables del daño que le hicieron a mi Gerald y a sus amigos reciban su castigo”, manifestó Ronny Medina, el padre de uno de los cuatro menores de Las Malvinas asesinados. Sus cuerpos fueron hallados en un manglar de Taura, 16 días después de su desaparición.

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Medina, originario de la provincia de Esmeraldas, recorrió este miércoles 8 de enero, a un mes de la desaparición de los tres adolescentes y el niño, el lugar donde, según testigos y videos de seguridad, un grupo de militares capturó a los cuatro menores: Ismael, Josué, Nehemías y Steven (Gerald era el segundo nombre de su hijo).

Con voz entrecortada, recordó que aquel día aconsejó a Steven (11 años) que, al terminar el partido de fútbol, regresara a casa, ya que el sector era peligroso y no le gustaba que estuviera en la calle hasta tarde.

“Ese día, Steven se levantó a las siete de la mañana, desayunó y fue a la fundación donde recibía clases. Regresó como a las once y almorzó. A las tres de la tarde salió con sus amigos a la cancha de fútbol ubicada en la ciudadela Coviem, también en el sur de la ciudad”, relató.

Familiares de Steven lo acompañaban

Entre el grupo de niños, también había otros cuatro familiares de Steven, todos menores de edad. Ellos le contaron cómo fueron interceptados por los militares cuando regresaban a casa luego de comprar pan.

“Fue cerca del paso peatonal de la avenida 25 de Julio. A mi hijo lo agarraron cuando subía las escaleras; a Josué, un ciudadano que pasaba por el lugar lo detuvo y lo entregó a los militares; e Ismael y Nehemías fueron capturados del otro lado del puente, casi al término de las escaleras. Los niños que lograron escapar están traumatizados. Ya no son los mismos de antes. Necesitan ayuda psicológica”, explicó Medina mientras sostenía las pupos y los uniformes con los que Steven jugaba fútbol.

Medina reconoció que uno de los dos menores que aparece en una grabación, donde se observa el accionar de los militares, es su hijo Steven; el otro es Josué. Nehemías e Ismael fueron subidos a otra camioneta junto con el resto de los militares.

“Mi hijo es el que aparece en el balde de la camioneta. En el video se ve que asoma la cabeza. Creo que lo hizo porque estaba buscando a sus familiares, quienes lograron escapar corriendo. Como padre, no encuentro consuelo. El cuerpo de mi hijo fue hallado incinerado, y solo una pequeña parte de su pie quedó visible”, expresó el padre de Steven. 

Dieciséis militares fueron detenidos por su presunta implicación en la desaparición de los menores.

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