Exclusivo
Actualidad

Inés Manzano y Pabel Muñoz: ¿Qué hay detrás de las acusaciones y el caos en Quito?
El alcalde de Quito rechaza las acusaciones de sabotaje de Manzano y exige más seguridad para las infraestructuras que abastecen de agua a la ciudad.
El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, rechazó enérgicamente las declaraciones de la ministra de Energía, Inés Manzano, quien lo había señalado como posible responsable de tener información sobre un presunto sabotaje al Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) en Papallacta. Este incidente, según Manzano, habría comprometido el suministro de agua potable a la ciudad.
Muñoz calificó las afirmaciones de Manzano como "acusaciones falsas", aclarando que no existe ningún vínculo ni prueba que lo relacione con el sabotaje. "Está acusando falsamente, sin pruebas", expresó el alcalde, dejando claro que tales declaraciones carecen de fundamento y solo buscan generar incertidumbre en la ciudadanía.
(Lea también: Supuesto sabotaje en Esmeraldas: ¿Quito está en peligro?)
El conflicto surgió después de que la ministra insinuara que el alcalde podría estar al tanto de la situación que afectó el SOTE. Este incidente, ocurrido en la zona de Papallacta, fue señalado como un riesgo para el abastecimiento de agua potable de la capital.
La versión de Pabel Muñoz
Muñoz, además de desmentir las acusaciones, criticó la falta de un protocolo de contingencia eficiente por parte del gobierno central ante situaciones de emergencia. A pesar de la presencia militar en las zonas afectadas, el alcalde señaló que la seguridad y protección de las fuentes de agua de Quito siguen siendo insuficientes, lo que impidió garantizar la protección total de los recursos hídricos.
En su intervención, el alcalde de la capital, solicitó al gobierno nacional medidas más estrictas y una mayor coordinación para la protección de infraestructuras críticas. Además, pidió específicamente la militarización de las fuentes de agua de Quito para prevenir cualquier tipo de sabotaje o interrupción del suministro, insistiendo en que se debe dar prioridad a la seguridad de estos recursos esenciales.
Este intercambio de acusaciones ha intensificado las tensiones políticas entre el gobierno local y el central, con los ciudadanos de Quito expresando su creciente preocupación por la seguridad de sus fuentes de agua y la estabilidad en la gestión de crisis.