El ciudadano ruso Orguy Andriy, de 50 años, registra un largo historial delictivo en el Ecuador, en el que predomina el delito de hurto. En los archivos de la Función Judicial aparece en cuatro expedientes por este delito, pero también en uno por contravención de hurto, en dos por robo y en otro más por ingreso de artículos prohibidos en una prisión.

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Su última detención fue el jueves 11 de julio de 2024, en el sector La Floresta, del centro norte de Quito, luego de que fuera descubierto cuando se llevaba un dispositivo electrónico, tipo tablet de un apartamento.

Según la denuncia de la víctima, a las 13:30, mientras una familia almorzaba en el segundo piso de un edificio de las calles Lérida y Lugo, el sujeto habría estado en espera del momento oportuno para supuestamente cometer el ilícito.

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Ese instante habría llegado cuando los parientes bajaron a recoger a unos niños que llegaban de clases. Al regresar al apartamento, habrían notado al individuo cuando salía apresurado. Empezaron a gritar y luego hubo un forcejeo, que el sospechoso logró evadir, mientras presuntamente escapaba con una tablet.

La denunciante, quien habría ido detrás de él, “gritaba ladrón, ladrón. Las personas que cuidan los carros trataron de ayudar, pero el sujeto corrió hasta la (calle) Toledo, donde algunos estudiantes lograron detenerlo”.

En consecuencia, llegaron agentes de la Policía Nacional y lo aprehendieron. Luego, al revisar sus datos en la base de datos de la entidad, descubrieron que registraba una boleta de captura por un robo cometido en enero de este año, por el que había recibido medidas alternativas a la prisión, pero las incumplió.

Esta vez, el sospechoso recibió orden de prisión preventiva por el delito cometido, pero a la vez cumple la misma medida cautelar por el robo que era requerido. Las autoridades de Rusia fueron notificadas, en su idioma, sobre la detención del sospechoso, quien tendría sus documentos invalidados a causa de expiración. 

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