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Así se organiza el transporte pesado para atravesar el anillo vial de Quevedo
La caravana viaja con custodia policial hasta llegar al límite con El Empalme, en Guayas. Conductores se organizan a través de WhatsApp
Los transportistas de carga pesada, buses de transporte interprovincial, de transporte urbano, camiones medianos de entrega y algunos más que cruzan el anillo vial de Quevedo, que para muchos es una vía de terror, se han organizado en convoyes contra el miedo.
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Para ello, en coordinación con la Policía, a través de grupos de WhatsApp se ponen de acuerdo para que, cada tres horas, reunirse en convoy y viajar acompañados de patrulleros hasta los límites de Los Ríos, en El Empalme (provincia de Guayas). Al llegar allí se realiza el abordaje con otros patrulleros de esa jurisdicción, que los acompañan varios kilómetros más adelante.
Esto se ha hecho básicamente en el trayecto de Quevedo a El Empalme. De regreso, los patrulleros vienen solos, pero siguen en la prevención vial, señala el jefe de la Policía, Renán Miller.
Álex Ayala, dirigente nacional de la Cámara de Transportes Pesado, explica que al no poder cruzar por el anillo vial con seguridad, se empezaron a organizar con los dirigentes de varias empresas de transportistas.
Cuando los vehículos se acercan a la denominada ‘zona cero’, se activan mediante mensajes en WhatsApp, en grupos en los que también están agentes policiales, para poder reunirse a la entrada del anillo vial.
¿En dónde descansan?
A fin de facilitar la tarea policial y que los uniformados puedan pernoctar en la ‘zona cero’, se han puesto de acuerdo en implementar un contenedor que sirve como ‘centro operativo’, para así estar seguros de reunirse en ese lugar.
“Lo que buscamos es que en los tres tramos del anillo vial, los compañeros transportistas puedan incluso descansar. Siempre digo que si las vías pudieran hablar, existiría mucho dolor”, señala el dirigente. Recuerda que en una ocasión un compañero lo alcanzó a llamar cuando lo estaban asaltando y al decir su nombre este recibió un disparo en la cabeza.
Y es que los últimos cinco años han sido de suplicio para decenas de conductores. Evitar un asalto se ha convertido en una ‘lotería’ para los transportistas en el anillo vial, un trayecto de 26 kilómetros que temen cruzar por la forma en que actúan los antisociales en esa zona.
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El conductor quiteño Edison Ramírez, de Rutas Occidentales, asegura que al llegar a Los Ríos “no me queda de otra que encomendarme al Todopoderoso para poder llevar con su bendición a mis pasajeros y para avisar a mi familia que llegué sin novedades”.
Señala que desde un poco antes de esta iniciativa, cuando viajan en la noche él y otros compañeros se han puesto de acuerdo para cruzar en grupo el anillo vial. Sin embargo, esto no es tan eficiente debido a que pese a ello han sido objeto de ataques.
“Porque hasta que aparece la policía, ya los pillos se meten en el monte. A veces sí están, pero en otras ocasiones no, y el ladrón es paciente para esperar el momento”, añade.
La carga pesada se organiza
A Segundo Pilahuano, conductor de un camión, el pasado fin de semana le tocó vivir una dura experiencia luego de que su automotor se averió justamente en el anillo vial, cuando llevaba una cargamento de helados hacia Guayaquil.
Por fortuna, detrás de él venía un compañero que lo apoyó. Llamaron a la policía, que los acompañó todo ese tiempo. “Los agentes me resguardaron toda la noche. Creo que solo así podía estar confiado. Si no, me llevaban con todo”.
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