La muerte de una menor de 13 años seguía envuelta en misterio tras un hecho que no concordaba con los patrones típicos de un asesinato: falleció a causa de un disparo, pero el proyectil no dejó herida de entrada. ¿Es eso posible? Sí, por eso los investigadores presumen que el tiro pudo haberse ejecutado con el arma puesta en la boca de la víctima. Sin embargo, no existían elementos que permitan confirmar que eso realmente sucedió así.

Este inusual caso ocurrió la madrugada del sábado 30 de noviembre de 2024. La menor de edad viajaba junto a su padre, con quien había salido desde la parroquia Tumbaco, de Quito. Tenían como destino Riobamba, localidad donde el progenitor tenía previsto firmar algunos documentos en la universidad donde estudia otro de sus hijos, según se detalla en un parte de la Policía Nacional.

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En el trayecto, el hombre decidió desviarse momentáneamente hacia Machachi, cabecera cantonal de Mejía, en Pichincha, para visitar a un pariente que se encontraba hospitalizado en esa localidad, en espera de una cirugía. Tras esta parada, aproximadamente a las 02:00, continuaron con su viaje, pero pocos minutos después el padre habría decidido detener la marcha de su vehículo, para descansar a un costado de la carretera Panamericana, en el sector Pastocalle, en las afueras de Latacunga, en Cotopaxi.

Habrían sido sorprendidos por delincuentes

De acuerdo con el relato del papá de la niña a los investigadores, en ese momento habrían sido sorprendidos por dos desconocidos, quienes supuestamente intentaban robarles (ver infografía), sin conseguirlo, lo que habría permitido la retirada del hombre y su pequeña.

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Más adelante, el progenitor habría notado que su hija sangraba y, tras supuestamente detenerse para verificar lo que sucedía, decidió llevarla hasta el Hospital General de Latacunga, donde se comprobó que llegó sin signos vitales. En consecuencia, las autoridades determinaron que el padre quedara con custodia policial hasta que se realizara la necropsia a la fallecida.

El papá fue detenido

Tras las pericias realizadas a la víctima, los forenses confirmaron su deceso a causa de un disparo, pese a que en su cuerpo no había señales que indicaran por dónde había entrado la bala. Por ese motivo, ante la situación confusa, el papá fue detenido para su posterior presentación ante un juzgado.

En audiencia se habló sobre la posibilidad de que el tiro se hubiera realizado por la boca de la niña, pero no hubo manera de explicar quién o cómo pudo ejecutar esa acción, sobre todo porque el progenitor no habló, debido a que decidió acogerse a su derecho constitucional al silencio.

El papá recuperó la libertad

En la diligencia judicial se estableció que no existían, hasta ese momento, pruebas suficientes para formular cargos en contra del padre y se decidió mantener el caso en una fase de investigación previa, hasta que se encuentren indicios que permitan llevar a alguien a un posible juicio.

Agentes acudieron a supuesta escena

Agentes de la Policía Nacional y de unidades especializadas como Delitos Contra la Vida (Dinased) y Criminalística acudieron a la escena detallada por el papá de la niña.

En el lugar, según consta en un parte policial, encontraron vidrios, que corresponderían al vehículo en el que se movilizaban, y manchas de sangre. Los peritos tomaron los vestigios para análisis. El carro también será investigado. Lo que, al parecer, no podrán inspeccionar será el teléfono del progenitor, porque habría indicado a los agentes que “se llevaron su teléfono celular”.

Condolencias de la Gobernación de Tungurahua

La Gobernación de Tungurahua y otras entidades publicaron mensajes de pesar. La fallecida era parienta de una autoridad local.

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