Aprovechar el día para completar la cuota del carro es la consigna por la cual Gabriel Alvear sacrifica la cena navideña en familia y se dedica a taxear durante la Nochebuena.

Alvear tiene 34 años, desde hace cinco se dedica a trabajar en Uber a medio tiempo y siempre aprovecha estas fechas de Navidad y fin de año para “hacer platita”, asegura.

“Estoy soltero y mi familia es cristiana, por lo que no acostumbra a celebrar la Navidad. Sacrifico ese momento con mis padres, mi hermana y mis sobrinas para hacer dinero, las tarifas en esos días son buenísimas”.

Detalla que en un día normal gana unos $ 20, fuera del gasto en gasolina, mientras que en estas festividades tranquilamente puede llegar a $ 200 o más. “En Nochebuena y sobre todo en la madrugada del 1 de enero, una carrera corta puede llegar a 15 o 20 dólares y la demanda es tan alta que antes de terminar un viaje ya tengo otro esperando”.

Con lo que gana suplementa sus ingresos como docente de Matemáticas y Física, y gracias a esto puede completar la cuota del carro y estar tranquilo por todo el mes de enero que la gente suele ‘estar gastada’, hay menos carreras y el bolsillo aún siente la resaca de un mes de fiestas y reuniones.

Añade que antes incluso se arriesgaba a recoger gente en las calles, ya que esta suele estar desesperada y llega a pagar aún más que en las aplicaciones; sin embargo, por la inseguridad de la ciudad ya no piensa hacerlo. “Por sumar cinco o diez dólares adicionales podría perder el carro o hasta la vida, por eso no lo haré este año”, explica.

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Todo por los hijos

Vicente Moreno tiene la misma consigna que su colega guayaquileño. Este hombre maneja un taxi amarillo y, generalmente, se ubica afuera del Complejo Judicial Norte en la capital.

Este hombre ha dedicado 11 años –de sus 30– a conducir en las calles de la Carita de Dios. “Considero que tengo vocación para esto porque me gusta interactuar con las personas y con mi labor diaria sirvo también a la comunidad”.

Desde que era niño le gustó el oficio de la conducción y por eso, en su vida, ha manejado camiones y hasta buses. Pero fue el taxismo lo que lo atrapó.

Para él, lo más importante es trabajar, sin importar la fecha. Y esta Navidad no será la excepción. “La verdad sí me considero bastante Grinch (personaje de ficción que odia la Navidad) porque no me gusta la época navideña, ya que hay mucha hipocresía. A mis dos hijos sí les gusta y trabajo por ellos”, afirma.

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