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Crónica
Navidad, reprimida Navidad en Socio Vivienda 2
El espíritu de esta época está contenido en la ‘pípol’ de este plan habitacional, debido a la inseguridad. No hay visita de familiares ni adornan sus casas.
En algunas casas del suburbio las luces de colores se encienden y los adornos navideños se exhiben, pero en el plan habitacional Socio Vivienda 2, en el noroeste de Guayaquil, el ambiente es diferente.
En los exteriores de sus viviendas no cuelgan decoraciones navideñas por temor a que se las roben, dice una moradora, quien no quiso identificarse. “Lo que ven se llevan, y pelear con el ‘choro’ es peligroso. Es más, hace seis años había un árbol de unos 13 metros, de estructura metálica, forrado con césped sintético y luces led; solo dos años lo disfrutamos, pues lo ‘pelaron’, ni su esqueleto quedó. Aquí la Navidad se vive por dentro, solo se adorna en el interior de las casas”, menciona.
Juana tiene 8 años residiendo en el sitio y asegura que en ese tiempo se podía disfrutar con libertad, sin temor a que suceda algún imprevisto.
“Antes alguien sacaba un parlante, ponía su música y hasta en la calle bailaban, pero hoy en día no hay esa tranquilidad”.
No reciben visitas
Mariano también habita en el sector desde 2014 y solo le quedan como recuerdos las escenas de niños jugando en las calles con chispeadores, supervisados por sus padres.
“Ahora, ¿qué los vamos a dejar salir? Si se arma una balacera, por estar afuera podrían resultar heridos o muertos, en tal caso mejor vamos a las casas de otros familiares a pasar las fiestas de diciembre, pero también se corre el riesgo de que entren a tu domicilio, te lo invadan; por eso unos optan por quedarse y celebrar con los suyos, puertas adentro”, indica.
Isabel vive en Socio Vivienda 2 desde su inauguración, 2012. La mujer, de 40 años, cuenta que muchos parientes han dejado de visitar a los moradores, por la delincuencia y violencia del plan habitacional.
“Desde el 2018 mi familia no me viene a ver. Es muy triste, porque mi hijo me dice: “Mami, a nosotros nadie nos visita”. Hace tres años, mis familiares pasaron conmigo, acá en casa, que es pequeña; nos acomodamos como pudimos, algunos durmieron en el piso, pero fue un momento lindo. Dudo que se repita, ellos no quieren venir acá y los entiendo”, manifiesta Isabel, quien solo quiere un regalo de Navidad: la paz en su sector.
“Espero en Dios que podamos compartir estas fiestas con tranquilidad, sin temor a que alguna desgracia ocurra. Que la violencia cese, ese es mi deseo”.
Los Tiguerones agasajan a sus hijos
Los residentes consultados sostienen que lo máximo de Navidad que se hace en la zona es gracias a los líderes de las manzanas de Socio Vivienda 2.
Con donaciones, ellos logran reunir para brindar un chocolate, un sánduche y un pedazo de pan de pascua para los niños, pero no alcanza para los juguetes.
“Los que hacen eventos para los niños son Los Tiguerones, los realizan en los sectores donde están los miembros de sus bandas, les dan comida y juguetes, y no cualquier regalo; a los demás niños no los toman en cuenta. Eso lo realizan siquiera desde hace unos tres años”, menciona María, quien confiesa estar asustada, pues cada vez ve a más jóvenes en las esquinas, varios de ellos armados.