El ambiente navideño en el CentroHistórico de Quito no tiene la misma intensidad que en años anteriores. Al menos no en centros comerciales populares que se han caracterizado por llenarse en días previos a la Navidad.

Si bien hay bastante concurrencia de personas a estos característicos lugares de la capital, no todos salen a comprar regalos para sus seres queridos. En un recorrido hecho por EXTRA se constató la dura realidad que atraviesan los vendedores de los denominados centro comerciales del ahorro.

En uno de estos se encontraba Esteban Esparza, de 27 años, quien tiene un local de venta de ropa: pantalones, camisetas y blusas en su mayoría. Cada mañana abre su local con la esperanza de vender algo, pero la ilusión se desvanece mientras avanza el día.

“Nos hemos dado cuenta de que los apagones influyeron en la dinámica de las personas. Desde que se decretó esta medida, la gente dejó de venir y diciembre no fue la excepción”, indicó el joven comerciante parado afuera del local, intentando convencer a la gente de que se lleve aunque sea una camiseta.

Y es que Esparza no miente. La gente que camina por los pasillos de este populoso comercio solamente miran la mercancía y se van de largo. Otros comercios que también ofertan ropa no cuentan con clientes, por lo que sus vendedores tienen que pararse afuera para llamar a los usuarios, que no ‘paran bola’.

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La venta de juguetes en esta Navidad

En otro de los centros comerciales, se siente algo del ambiente navideño. En negocios como el de José Hidalgo sí se observaba que la gente llegaba para llevarse un buen regalo, pero esta vez para los más pequeños de la casa.

Hidalgo comercializa juguetes y aseguró que si bien no se ha vendido como en años pasados, este mes no ha estado del todo malo. “Lo que más han comprado las personas han sido muñecas y juegos de rompecabezas y con legos”. Aunque también han despachado bastantes carros a control remoto.

Pero hay un juguete que está ‘saliendo’ como pan caliente: un peluche de capibara. Esta especie de roedor tiene su ‘residencia’ en el Oriente ecuatoriano, pero también en otras partes amazónicas de Sudamérica.

“Este animalito cobró popularidad en septiembre, pero con la llegada de Navidad se compra mucho más”, comentó Lesly Toapanta, quien vende al por mayor los productos que han sacado en honor al capibara. La variedad abunda y se lo puede encontrar en forma de peluche, sea grande o pequeño, así como en mochilas e incluso en pulseras.

Toapanta no solamente lo comercializa, sino que también conoce el motivo de su popularidad. “Tenemos entendido que está en peligro de extinción y para crear conciencia han sacado estos muñequitos”, aseguró mientras acomodaba su puestito en una esquina del tradicional Ipiales.

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