Exclusivo
Actualidad

El niño fue trasladado hasta el hospital Docente de Ambato y luego a Quito.YIE

Murió quemada mientras manipulaba pólvora

Víctima trabajaba en un taller del sur de Ambato fabricando pirotecnia para la despedida del año 

Jhon Vallejo no podrá olvidar con facilidad aquella imagen que vio de su esposa, Miriam Toainga, de 27 años de edad, envuelta en llamas dentro del cuarto de explosivos donde laboraba.

El hombre informó a los policías que Miriam trabajaba en un taller ubicado en el barrio Bellavista, de la parroquia Santa Rosa, sur de Ambato, Tungurahua.

El martes 16 de noviembre, cuando fue a su empleo como de rutina, su jornada se extendió hasta las 18:30 porque en esta época se prepara la pirotecnia para la despedida del año, en diciembre.

Vallejo narró que su mujer colocaba pólvora dentro de tubos de cartón y de repente escuchó un gran estruendo, seguido por una intensa llamarada que cubrió toda la habitación.

En ese instante sintió mucha impotencia porque el fuego no le permitió ingresar de inmediato, pero después de tratar de apagarlo con tierra y agua logró entrar y sacó a su esposa y también a un niño de cinco años que estaba cerca del taller.

En el barrio todos se alarmaron y acudieron hasta el sitio donde se escuchó la explosión.

La solidaridad primó más que el miedo a que sigan las detonaciones de los juegos pirotécnicos, y entre todos ayudaron a Jhon, que también había arriesgado su vida por ayudar a su conviviente.

El ciudadano, de quien no se dio detalles sobre si trabajaba o no en el mismo lugar, sacó a las dos personas con vida, pero Miriam no resistió.

De acuerdo con el reporte del personal de la Dinased, la mujer tenía el cien por ciento de su cuerpo con quemaduras de tercer grado, y falleció a los pocos minutos dentro de la ambulancia del Ministerio de Salud Pública que la trasladaba al Hospital Docente de la localidad.

El infante se encuentra con pronóstico reservado. Fue llevado la noche del martes hasta la misma casa de salud y de ahí a Quito, por la gravedad de las quemaduras, según el reporte policial.

En tanto, el viudo acudió al Centro Forense de la ciudad a retirar los restos de su mujer, a quien vio ante sus ojos morir a causa de la explosión de pirotecnia.

No se conoció si el lugar donde trabajaba la víctima mortal era legal o clandestino. (YIE)