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Tragedia en bar de Urdesa: revelan detalles desconocidos de las mujeres asesinadas
Lisbett Valenzuela era cosmetóloga y asistió a la reunión por invitación de un amigo. Su Padre afirma que su hija que fue víctima colateral
“Mi hija no tenía que estar en ese lugar. Estuvo en el momento equivocado. Fue invitada a una reunión y, lamentablemente, una bala perdida la alcanzó”, expresó el padre de Lisbett Yazmín Valenzuela Álvarez, una de las dos mujeres asesinadas la noche del viernes 2 de agosto en un restobar ubicado en la avenida del Rotarismo y la calle Sexta, en Urdesa, al norte de Guayaquil.
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La otra víctima de este suceso, perpetrado por individuos que llegaron a bordo de una motocicleta y un vehículo con placa GSA-7899, fue Susana Karen Coello Chaguay, de 36 años. Ambas disfrutaban de una noche de diversión cuando ocurrió el acto violento.
El padre de Lisbett indicó que tanto su hija como él no tienen antecedentes penales ni están vinculados a ninguna organización criminal. “Mi hija era cosmetóloga y le hacía limpiezas a personas adineradas, con quienes se hizo amiga”, explicó. La víctima había sido invitada a ese lugar por un amigo.
Por su parte, la madre de Lisbett mencionó que entre los planes de su hija, quien había cumplido 31 años el pasado 16 de mayo, estaba viajar a Estados Unidos, donde reside su pareja sentimental. “Ya tenía todo listo, le faltaba poco para irse. Desafortunadamente, fue víctima de este hecho”, comentó.
Buscaban a Tiguerones
Tras este suceso violento, ocurrido en el interior del establecimiento, la Policía revisó las cámaras de seguridad, lo que permitió identificar la placa del carro en el que se movilizaban los asesinos.
Horas después, los investigadores localizaron el vehículo implicado y detuvieron a un sujeto que habría participado en el doble crimen.
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El detenido, identificado como Leonardo Mosquera García, de 45 años, fue puesto a disposición de las autoridades judiciales. En la audiencia de formulación de cargos, se lo procesó por el delito de asesinato, tipificado en el artículo 140 del Código Orgánico Integral Penal (COIP). Al parecer, él era el conductor del vehículo en el momento del ataque.
Según la versión de la Policía, los sicarios llegaron en busca de personas asociadas a la organización criminal Los Tiguerones, quienes ya habían recibido amenazas de muerte. En el lugar de los hechos, los agentes de Criminalística recogieron ocho vainas percutidas de calibre 9 milímetros.