Por el brasier color rosa, que había comprado hace dos semanas, y un tatuaje con su nombre en la pierna derecha, familiares de Verónica Alexandra Venegas Magallanes identificaron su cuerpo, a través de una fotografía que envió un primo de la fallecida al celular de uno de sus parientes.

“Abuelita linda ya no des declaración, ya no busquemos más, mi mamá apareció muerta”, fueron las palabras que la tarde del lunes 5 de abril la mayor de los hijos de Verónica dijo a su abuela, Sixta Magallanes García. La señora recibió la noticia de la muerte de la segunda de sus siete hijos, mientras en la Fiscalía del cuartel Modelo asentaba la denuncia de su desaparición.

El domingo 4 de abril de 2021, Verito, como le decían de cariño sus seres queridos, salió de su casa ubicada en el bloque 7 de Paraíso de la Flor (noroeste de Guayaquil), donde desde hace dos meses vivía con su actual pareja, José Villacrés Barzola. Estaba separada del padre de sus niños.

Antes de salir de su domicilio, la mujer, de 32 años, le dijo a su madre que viajaría al cantón Colimes para visitar a los familiares de su pareja y porque también debía comprar choclos para hacer humitas.

“Hasta antes de las 10:00 la llamé a su celular, ella dijo dos palabras y cerró la comunicación. Me dijo que estaba con su conviviente en la terminal de Pascuales. A las 16:00 ya no me contestó. Me angustié, temí lo peor”, expresó llorando la madre, mientras sus manos acariciaban el féretro donde reposan los restos de su hija.

El cuerpo fue encontrado por un pescador, flotaba en el río Daule, en el recinto Flor de María, en el cantón del mismo nombre.

María Venegas, hermana de la fallecida, comentó a este Diario que la tarde del domingo se descargaron en su celular tres mensajes de voz, donde el conviviente de su hermana le advertía que iba a matar a Verónica si se rehusaba a volver con él.

“Los mensajes me los envió antes de las 07:00, pero como no tenía Internet se descargaron en la tarde. Si los hubiera escuchado antes habría podido prevenir a mi hermana y ella no estaría muerta”, lamentó la joven.

Verónica recibió seis puñaladas en la espalda y una en el pecho. Su rostro también presentaba hematomas por los golpes que le propinaron.

Sus familiares piden a las autoridades que den con el paradero del responsable de su muerte. “La pareja de Verónica me llamó a las 17:00 del domingo diciéndome que mi hija estaba viajando a Guayaquil, me dijo que no lo llame más, cerró la llamada y no volvió a contestar”, sostuvo la madre de la fallecida.