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Mujer que acusó de robo a niño negro en EEUU se declara culpable y sale libreCortesía

Mujer que acusó de robo a niño negro en EEUU se declara culpable y sale libre

El celular de la mujer no había sido robado y fue devuelto horas después al hotel por un conductor de Uber que la había transportado y que lo encontró en su vehículo.

Una joven de 23 años que agredió a un niño negro de 14 años tras acusarlo falsamente de haberle robado el teléfono en un hotel de Nueva York se declaró culpable de un "delito de odio" este lunes como parte de un acuerdo con la Fiscalía neoyorquina por el que será puesta en libertad condicional.

Según un comunicado de la Fiscalía, Miya Ponsetto, residente en California, deberá cumplir con los términos impuestos en los dos años de libertad condicional a que fue condenada en ese estado por otra causa que no se menciona y, en este tiempo, deberá evitar cuentas con la justicia.

En caso de incumplir alguno de estos términos podría ser condenada a entre dieciséis meses y cuatro años de prisión.

"Ponsetto mostró un comportamiento indignante. Como hombre negro he experimentado innumerables situaciones racistas en mi vida y comprendo al joven víctima de este incidente", dijo el fiscal general del distrito de Manhattan, el afroamericano Alvin Bragg.

El episodio, capturado en video y que se remonta a diciembre de 2020, causó una fuerte indignación en Estados Unidos, donde muchos lo vieron como un ejemplo más del racismo contra la comunidad afroamericana.

La acusada fue arrestada el pasado septiembre en California, horas después de haber concedido una entrevista en televisión en la que trató de justificarse y mostrar su arrepentimiento por lo ocurrido.

Los hechos salieron a la luz cuando el padre del menor, un conocido músico de jazz, publicó un vídeo en el que se puede ver parte del incidente.

En las imágenes, Ponsetto acusa al adolescente de tener su teléfono móvil y trata de arrebatarle un dispositivo similar. En otro vídeo distribuido luego por la Policía puede verse a la mujer abalanzarse sobre el menor hasta tirarlo al suelo.

El celular de Ponsetto no había sido robado y fue devuelto horas después al hotel por un conductor de Uber que la había transportado y que lo encontró en su vehículo.

El caso generó una fuerte indignación en Nueva York, donde el entonces alcalde, Bill de Blasio, lo definió como un claro episodio de racismo.