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La muerte la agarró sentada dentro de su casa, en el norte de Quito
Tenía 65 años y la llamaban Marita. Según sus vecinos, ella se dio al abandono por la muerte de su pareja. La encontraron en estado de putrefacción.
En la mediagüita donde vivía Angelita Guagua Montaño, en La Roldós, norte de Quito, solo quedan unos trapos viejos y algunos recipientes de plástico en los que solían llevarle comida sus vecinos.
La mujer, de 65 años, fue hallada sin vida el viernes 16 de diciembre por la tarde cuando su hermana fue a visitarla. Ella la llamó por varias ocasiones, pero no respondía. Luego fue con policías, quienes forzaron la puerta y encontraron su cuerpo sentado en estado de putrefacción.
No tenía signos de violencia, pero el cadáver estaba rodeado de insectos que estaban comiéndole hasta los huesos. Ayer, varios vecinos estaban afuera de la casa comentando que Marita, como solían llamar de cariño a Angelita, se deprimió luego de la muerte de su pareja, hace dos años.
“Se llamaba Raúl Borja y era mi primo”, comentó María Cribán. “Ambos solían andar juntos. Él se dedicaba a cuidar carros mientras ella reciclaba botellas de plástico”.
Sin embargo, luego de la muerte de Raúl, por cáncer a la próstata, Marita ‘se tiró’ al abandono, según la moradora Sofía Maigua.
Ella reside en la casa de al lado y recordó que siempre estaba pendiente de la ancianita. Cuando no salía por días, Sofía lanzaba una piedra en el techo de lata donde vivía Marita para que despertara y luego le llevaba una sopa caliente de fideo con pollo.
En una ocasión, dijo, entró a la casa y vio que en la cama había un bulto hecho con almohadas y ropa vieja. Marita le había dicho que ahí estaba descansando Raúl y que debía cuidarlo. “Por eso no salía de la casa, decía que debía atender a su esposo”, indicó Sofía.
Sola y sin identidad
Durante el levantamiento del cadáver, los agentes le pidieron a la hermana de Marita que les diera algún tipo de identificación, pero ella les dijo que no tenía y “que no estaba inscrita en el Registro Civil”. Tampoco tenía hijos.
La causa de la muerte todavía está por determinar. Sus restos serán cremados y llevados a una zona rural de Esmeraldas, de donde era oriunda. Mientras tanto, los vecinos dijeron que harán una misa en homenaje a Marita.
Sofía enfatizó que la adulta mayor no tenía ganas de vivir y que incluso le dijo que habitará en su casa, pero no hizo caso. Cuando le decían que se moriría sola, ella les respondía: “Me buscan en la morgue”.