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Durante el último aguacero que cayó sobre la ciudad, los vecinos decidieron tomar fotos para registrar su problema.archivo particular

Guayaquil: Los moradores de la cooperativa San Ignacio de Loyola le temen a las lluvias

En la cooperativa San Ignacio de Loyola están que ‘se comen las uñas’ luego de saber que llegará El Niño. Las lluvias los pueden dejar ‘a pérdida’

A los moradores de la cooperativa San Ignacio de Loyola, en el noroeste de Guayaquil, les toca cambiar las tricimotos por canoas cada vez que caen los aguaceros.

La calle principal del sector, que comprende aproximadamente 20 cuadras, se transforma en un correntoso río cuando San Pedro decide ‘abrir la llave’ y ‘regar’ los arbolitos de la Perla. El sector se inunda y la corriente incluso arrastra a quienes cruzan mientras el agua está acumulada.

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El morador Omar Preciado teme por la vida de su ñaña. “En la última lluvia, mi hermana casi se va con el agua. Ella solo intentó cruzar de un lado al otro de la calle y la fuerza del agua la empujó un poco, pero ella pudo sostenerse. A ella le podía haber pasado lo mismo que al señor del taxi hace unos meses”, relata.

Sin embargo, no es lo único que les preocupa, pues el terreno sobre el que se asienta el sector tiene cierta inclinación que hace que las aguas provenientes de otras zonas un poco más altas lleguen con cualquier ‘sorpresa’.

En algunos barrios, con la correntada llegan gatos o perros, que son adoptados, pero en la San Ignacio les tocó cuidar unas horas de una tortuga.

¡Uy! ¡Nosotros padecemos cada vez que empieza a llover porque sabemos que se viene algo duro!Mónica Salazar, moradora

“Llegó con la lluvia y pensamos que podíamos mantenerla como mascota, pero no lo hicimos porque era un animal silvestre. Llamamos a Bienestar Animal, vinieron y dijeron que se trataba de una tortuga mordedora”, comenta Lady Rodríguez, vicepresidenta del consejo barrial.

Lo malo es que la corriente también arrastra palos, madera, escombros y tierra. “Lo peor de todo es que no se ven estos escombros en el agua como para evitarlos. Uno puede terminar herido”. Lady cuenta que incluso pudieron recuperar una mesa de madera entre la masa de tierra que cae sobre el sector en los aguaceros.

Los sedimentos que dejó la última lluvia aún continúan en la calle principal de esta cooperativa.Christian Vinueza

A un lado de la morada de Evelyn, hermana y vecina de Lady, pasa un canal, por lo que teme que con las lluvias el terreno ceda y las construcciones del sector ‘se le vengan encima’.

SOLO PARA LA FOTO...

Pero en San Ignacio de Loyola, un barrio tranquilo, no solo el agua les causa malestar, sino también la falta de una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) en el sector.

Omar dice que hasta hace aproximadamente cuatro años un pequeño PAI (puesto de auxilio inmediato) estaba en la calle principal. No obstante, este fue cerrado y los uniformados que resguardaban la zona empezaron a ubicarse en carpas.

“Solo vinieron un día, como para la foto, y nunca más se los vio”, denuncia. Y enfatiza que la UPC más cercana está en la cooperativa Las Cañas, a varios minutos de la zona. “Queremos que nos atiendan y se preocupen”, pide la moradora Mónica Salazar.

  • Los duros de la cuadra

1. ¿Qué problema tienen en el sector?

El sector se mantiene bien, pero nos preocupa que cada vez que llueve, la calle principal se transforma en un río. El agua no deja de correr y es como si bajara con toda la fuerza del mundo, pues hasta va arrastrando a la gente. Nos da un poco de temor que pueda afectar la integridad de uno de los vecinos. Aparte de eso, el lodo que queda en las calles luego de que acaba la lluvia también nos pone en peligro, porque nos hace resbalar.

2. ¿Desde hace cuánto tiempo presentan este problema?

Las aguas se acumulan en este sector desde siempre porque todo baja de los cerros y de las otras cooperativas que están más arriba. Este sector es como si estuviera encajonado y, por lo tanto, todo se queda aquí.

3. ¿Las autoridades se han hecho presentes para solucionar esto?

Nunca se han preocupado por atender esta necesidad que nos aqueja a muchas familias. Aquí no solo viven niños, sino adultos mayores también. Todos necesitan sentirse seguros en todo momento.

4. ¿Qué soluciones proponen para este problema?

Se pueden ubicar ductos más grandes para que el agua, en caso de lluvia, pueda evacuarse mucho más rápido y no llegue a acumularse de la manera en la que lo hace ahora.

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