Una hoja de papel pegada en uno de los televisores que no funcionan dentro de una unidad del Trolebús anuncia las paradas que no están habilitadas para los pasajeros.

En este letrero improvisado y elaborado por los mismos usuarios han escrito con ‘esfero’ y faltas ortográficas “las paradas suspendidas”.

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El sistema de transporte municipal inició un plan de repotenciación de las 47 estaciones y comenzaron por cuatro que están ubicadas en el sur de Quito: Cóndor Ñan, Quimiag, La Ajaví y El Calzado.

Estas no podrán ser utilizadas hasta el próximo miércoles 3 de julio. Según el gerente general de la Empresa de Transporte de Pasajeros, Xavier Vásquez, se realizarán trabajos para modernizar las condiciones de accesibilidad y mejorar parte de la estructura de las estaciones, como los vidrios y el sistema eléctrico.

Esta intervención provocó que algunos usuarios de este sistema de transporte tuvieran varios imprevistos porque, según ellos, nunca se enteraron de que las paradas iban a estar cerradas.

Fue el caso de Silvana Paredes. Ella acompañó a su abuela, quien usa un bastón para caminar, hasta la parada El Calzado, pero antes de llegar a la entrada se percataron de que esta no funcionaba. La adulta mayor se dirigía al centro de Quito y el Trolebús era el único transporte que le podía llevar. Como no puede movilizarse con facilidad, tomó un taxi para ir a la parada Integración España.

Del apuro, la señora había olvidado el monedero donde guardaba la plata para pagarle al conductor y regresó donde su nieta para que la ayudara. “Las autoridades deben informar con antelación este tipo de trabajos para que los usuarios no tengamos inconvenientes”, pidió Paredes.

Frente a la parada El Calzado funciona un hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguro Social (IESS). Pacientes, familiares y trabajadores del establecimiento utilizan el Trolebús, pero han tenido que caminar varias cuadras para llegar a la casa de salud desde otras paradas.

A Jhoanna Pastas le ha tocado hacer de guía para estas personas. Ella tiene un puesto de frutas por la zona, al que se acercan los usuarios para preguntarle sobre las alternativas que pueden tomar para dirigirse a sus destinos.

“No quieren caminar a otras paradas porque en la noche se vuelve peligroso”.

Evelyn Tenemasa salió junto a sus hijas de la casa de salud y pretendía regresar a su casa en Chillogallo. Al ver que no funcionaba la estación, tuvo que caminar hasta la Integración España para llegar a su destino. La otra opción era tomar un taxi, como la abuela de Paredes, pero no tenía suficiente dinero.

Cargando a una hija en sus brazos y con la otra de la mano, recorrió más de cuatro cuadras para abordar una unidad.

Vásquez coincidió en que se deben mejorar los canales de comunicación, para informar con varios días de antelación sobre las paradas que serán intervenidas y buscar la manera de generar menos molestias a la ciudadanía. Hasta el momento se ha socializado esta información por redes sociales y boletines de prensa.

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