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Un milagro a la vista en caso de mujer quemada en Quito
El padre de la chica dijo que los galenos esperarán hasta el lunes porque, al parecer, ya está fluyendo sangre por
su pierna afectada.
Guillermo Tipán esperaba afligido a que su hija Juana fuera ingresada al quirófano en el Hospital Eugenio Espejo, centro de Quito. Ayer estaba prevista la cirugía que la dejaría sin parte de su pierna derecha, pero un milagro se hizo presente.
“Los doctores iban a operarla, pero van a esperar hasta el lunes porque parece que la sangre ya está fluyendo en sus deditos”, contó Tipán con alegría. Él lleva más de una semana en la capital tras viajar de su natal Santo Domingo de los Tsáchilas, un día después del 9 de octubre. Esa fecha, Juana se quemó por una deflagración en la cocina de la casa de sus suegros en Puembo, nororiente de la urbe.
Eso le causó daños en su extremidad, perdió al bebé que esperaba y le sacaran el útero. Además de las quemaduras en el 65 por ciento del cuerpo.
Pese a todo, la joven, de 23 años, no es consciente de lo que le ha ocurrido, ya que está en Cuidados Intensivos.
Las pérdidas
El drama no solo se instaló en la casa de salud, sino también en el inmueble donde ocurrió el fogonazo. Allá estaba Nixon Benítez, cuñado de Juana, quien supervisaba los trabajos de demolición.
“Por la gravedad de la explosión se dispuso que se derrumbara la casa. Esto es un golpe duro para nosotros porque nos quedamos en la calle”. Las tareas de remoción las hicieron obreros que trabajan con un amigo de la familia. Otros albañiles querían cobrarles 2.000 dólares por la labor.
Nixon contó que otro vecino les dio posada para que vivan dos meses. “Estamos sumamente preocupados porque ni siquiera hay la plata para hacer una media ‘agüita’ (casa pequeña)”, relató Nixon.
Cuñado de la víctima
La ayuda
Entre los obreros que derrumbaban la casa estaba Vicente Bravo, quien se enteró de lo ocurrido recién esta semana. “Apenas supe vine para dar una mano y así evitar que paguen mucho dinero por esto”, precisó mientras sostenía un combo.
Vicente estaba apenado porque este episodio le hizo recordar lo que pasó con su padre hace un tiempo: asimismo, un cilindro de gas causó una explosión en su casa.
El cuñado de la víctima detalló que han recibido ayuda de sus allegados, sobre todo con víveres, pero sí les preocupa lo que sufrirá Juanita cuando tenga consciencia de lo que pasó.
Aunque con el anuncio de los médicos, avisaron un milagro que podría cambiar el panorama de esta tragedia.
Amigo de la familia
Apoyo psicológico
Paula Vernimmen, médica especialista en psiquiatría, dice que en estos casos existen tres momentos de atención. “El primero se llama contención y se le va diciendo la situación que está viviendo. Se le da asesoría para que pueda asimilar esto”.
Lo segundo es levantar las alertas, es decir, los síntomas que podría tener con el paso de los días: irritabilidad, insomnio, falta de apetito. Apenas se detecte eso se tiene que actuar médicamente.
Y, por último, se da un seguimiento prolongado para ver la evolución. “Debe tener el apoyo permanente de su familia”, indicó Vernimmen.