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Una moradora muestra la presencia de las aguas residuales en las calles.Miguel Laje

Milagro: Una ciudadela inundada por aguas residuales

La falta de obras de alcantarillado y el consumo irresponsable de agua, se evidencia en las calles de la ciudadela 21 de Enero

Aguas estancadas con mal olor y apariencia verdosa, es el panorama de todas las calles de la ciudadela 21 de Enero. Hace más de quince años inició como una invasión, pero en la actualidad ya cuenta con el servicio de agua; aunque carece de un sistema de alcantarillado como en la mayoría de sectores del cantón Milagro.

Moradoras como María Suárez, reconocen que en los quince años que lleva viviendo en la 21 de Enero, las aguas servidas siempre han sido descargadas en un pozo séptico. Sin embargo, las grises, provenientes de la cocina, lavaderos y del uso de lavadoras, son dirigidas hacia la calle, en una cuneta creada por el municipio pero para las aguas lluvias.

“Nosotros necesitamos que nos construyan el alcantarillado para que ya no haya agua en las calles. Esto en las noches es puro mosquito”.

​María Suárez, moradora

“Al no haber lluvias, porque no estamos en invierno, esas cunetas deberían estar secas. Pero como vemos, hay agua estancada porque no hay el compromiso de la misma ciudadanía”, expresa Jorge Roditti, del departamento de Obras Públicas del Cabildo.

Con él concuerda Mariuxi León, otra de las moradoras que cuestiona lo que considera un mal proceder por parte de algunos de sus vecinos, pues al botar todas sus aguas grises a las calles, generan un foco insalubre que pone en riesgo su salud.

“Yo soy enfermera y trabajo en el Hospital Los Ceibos. Tengo hijos menores de edad y una persona de la tercera edad en mi casa y esos olores putrefactos, son insoportables, incluso en la noche. Imagínese cuando el sol está fuerte, eso no se soporta”, expresó.

León, como una forma de precautelar la salud de los suyos, ha colocado pequeños muros de lastre en las cunetas, para impedir que las aguas grises de sus vecinos, lleguen a su casa.

Ángela Chávez, otra de las moradoras, menciona además que algunos vecinos, sin dar nombres, muchas veces faenan cerdos en los portales de sus casas y toda el agua mezclada con sangre, terminan en la calle. Ella también reconoce que no hay compromiso ciudadano y espera con ansias el momento en que ese problema termine.

La solución a estos problemas sería que el sector cuente con un sistema de alcantarillado, pero las condiciones económicas del municipio le impiden que se ejecute una obra de esa magnitud. Sin embargo, sus funcionarios mencionan que todas estas necesidades están contempladas en el Plan Maestro de Agua que se pondrá en marcha una vez que el alcalde, Francisco Asan, gestione su financiamiento.

Mientras tanto y como parte del trabajo de las autoridades municipales, las cunetas reciben un permanente mantenimiento que consiste en la limpieza y desazolve de la maleza, para evitar que se conviertan en focos infecciosos. No obstante, toda esa labor, afirma Roditti, será en vano si es que los moradores continúan usando irresponsablemente el líquido vital.

Aunque no cuentan con un mecanismo de control para evitar ese desperdicio de agua que termina con olores fétidos en las calles, la Empresa Pública Aguas de Milagro (Epamil) ha puesto a consideración de los moradores el servicio de hidrocleaner para limpiar sus pozos sépticos.

Para solicitarlo, los moradores deben acercarse a las ventanillas del palacio municipal y, tras verificar que estén al día con las planillas de agua, cancelar 20 dólares por el servicio.

Otra vista del sector afectado por la falta de alcantarillado sanitario.Miguel Laje