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Eso de que ‘solo le gusta al hombre’ es cuento viejo; ellas también lo ‘vacilan’ con chifle, pan, arroz y hasta canguil.Álex Lima / EXTRA

Migrantes pagan hasta $ 13 por un encebollado en el exterior

En Ecuador este 'manjar' lo encuentras en un dólar y lo venden hasta en balde. Quienes viven fuera del país lo extrañan por su sabor y su precio

Lorena Castillo, de 45 años, dice que guayaquileño que no come encebollado, no es guayaquileño. Ella, guayaca ‘hasta las cachas’, no puede empezar sus días si no ‘cucharea’ su porción. Afirma que este platillo la pone ‘power’ y que después de probarlo puede atender a sus seis retoños.

“Un señor lo vendía en balde, en toda la esquina de la Séptima y Sucre. Le decíamos el Gordo. Él alimentó a todo mi barrio, en la Garay. Desde entonces me declaré una mujer ‘encebolladezca’ y les enseñé a comerlo a todos mis hijos”.

A ella no le sorprende que el encebollado esté entre las mejores sopas del mundo. Para ser más específicos, este manjar está en el puesto 25, según el sitio Taste Atlas, una comunidad de amantes de la comida que a menudo realizan rankings y listados de los mejores platillos del planeta.

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  • Costoso en el exterior

Es que la mezcla de yuca, cebolla, albacora y verde enloquece a cualquiera. Eso le pasó a Verónica Gonzáles, peruana que vivió en Guayaquil por 14 años. Cuando probó el encebollado fue como ‘amor a primera vista’.

El sur porteño era su zona para comerlo todos los domingos en familia y también lo comía entre semana. Desde hace seis meses vive en España y reconoce que lo extraña ‘full’ por el sabor y por su precio, pues hasta de ‘a dólar’ se puede conseguir en Ecuador.

Según historiadores, el encebollado fue preparado por primera vez por la cultura Valdivia, posteriormente en la Costa ecuatoriana se le añadió otros ingredientes.

“Joder, sí, aquí (en España) lo busco y es como un antojo de embarazada. Cuando no lo comía me ponía de mal humor. Acá encontré un restaurante llamado Sabor Manabita. Es rico, pero no es igual al que comía en Ecuador. Lo hacen con atún, no con albacora, y vale 12 euros (más de $ 13). Sé por un conocido que en Nueva York lo venden a $ 10”, manifiesta la peruana.

El encebollado en tarrinazo no puede faltar. Si no hay cuchara, se usa una cédula o hasta sorbete, pero va pa’ dentro.Jerson Ruiz / EXTRA
  • Los nocturnos

Este plato es tan rico que no solo se lo come en las mañanas, también se lo disfruta en las noches y las madrugadas. Eso lo confirman Junior Almeida García y Luis Antonio Haro, panas desde hace 12 años.

“Después de la ‘juma’ de las farras nos pegamos uno. Si estamos al sur, lo comemos en la calle 4 de Noviembre. Si andamos por el sector norte, nos nutrimos en Sauces”, cuenta Almeida.

Su ‘llave’, Luis, es ‘cuchara brava’. Él se pega su banderazo (combinación de varios platos típicos) y lo mezcla con guata, y si tiene más hambre le ‘juguetean’ el arroz con ceviche.

Ambos, cuando andan ‘chumados’, invitan a ‘jamear’ hasta al taxista que los espera. Es que el encebollado une a la gente. Es más, de un mismo plato pueden comer varios, dice el taxista Marcos Vera, quien se confiesa ‘encebolladólogo’, catador de este plato.

No todos usan el mismo pescado. El éxito está en el caldo, algunos lo sirven pura agua”, señala el conductor, quien recuerda que una vez fue a comprar un encebollado y como no había tarrina, se lo llevó en funda.

“El encebollado es todo. Es más, supe que un cocinero en Quito hizo un helado con sabor a este plato. Ahí sí no sé si me lo comería”, admite este catador criollo.

“Nos hicieron trampa, debemos estar en los primeros lugares. ¿Qué encebollado habrán probado para que nos pongan en el puesto 25?”.Marcos Vera, taxista

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