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Empinar el codo le puede traer algunos 'pitos' con su pareja.Amelia Andrade / Extra

Mi pareja cuando bebe... se pone necia

Tú ya no quieres ni salir con él, porque cuando 'chupa' se vuelve cargoso, belicoso o termina en calidad de 'paquete'. Pese a eso, no lo dejes botado, espera que le pase la ‘plutera’ y hablen al día siguiente.

Se toma un vaso, luego otro y uno más, y tú empiezas a tensionarse y le ‘enciendes las intensas’ a tu pareja para que deje de beber. Ya lo conoces, se pone ‘happy’, luego queda ‘plutote’, se vuelve cargoso y necio. Tú ya quieres irte a casa, pero tu ‘peor es nada’ quiere seguir en la farra hasta que el cuerpo aguante, ‘hasta las 15’.

“El alcohol hace que las conductas se desinhiban y se reduzca el nivel de conciencia de la persona, aunque también tiene que ver con la personalidad del sujeto o si hay problemas emocionales de por medio”, manifiesta Joel Cañarte, psicólogo clínico.

Su colega Lizbeth Lascano afirma que estos comportamientos pueden pasar tanto en hombres como en mujeres, pero por lo general ellas se embriagan menos que ellos.

Lo que le ‘calienta’ al otro es la vergüenza que le hace pasar con los demás; también el ‘tufo’ que tiene, aunque algunos hasta vomitan y el hedor se intensifica, señala la experta.

A eso, Cañarte le añade el tema de la logística, en resumen, encargarse de su ‘paquete’: controlar su conducta, llevarlo a casa. “Es normal que se molesten por esto”, dice el psicólogo.

Hay que estar ‘once’ con el ‘chumado’, pues “se puede accidentar o agredir a otras personas, porque se puede tornar violento. Si el evento es en un lugar público, se corre riesgo de causar daños a la propiedad. Podría traerle problemas legales”, indica Lascano.

Cuando hablen que no sea a punta de grito, sino un diálogo y que sea cuando él esté sobrio.Pixabay

‘Mosca’ con la adicción

Cuando la situación es frecuente hablamos de un consumo perjudicial, que pudiera ser una dependencia al alcohol. Si este genera alteración a nivel del trabajo, si afecta la relación de la pareja, si cuando empiezo a beber no puedo dejar de hacerlo y tengo problemas con el autocontrol, esto debe tratarse con profesionales, concluye el experto.

Chao, mentira

Una de las ‘estrategias’ que se suele usar para llevar al ‘pluto’ a su casa es la mentira. El típico ‘ya regresamos’ podría tener un efecto rebote, pues al llegar a ‘caleta’, él puede hacer relajo. “Yo quería seguir con mis amigos, por qué te metes en mi vida”, es el reclamo, precisa Lascano. 

EXTRAtips

1. Conversa con tu pareja y ambos fijen reglas. Por ejemplo: “Vamos a beber solo tres o cuatro vasos, pero no lleguemos en estado de embriaguez”.

2. Controla la cantidad de alcohol que consumes. Cuando bebas, hazlo con personas de suma confianza y en sitios seguros.

3. No lo dejes solo, por más necio que esté tu conviviente. Por más enojada que estés, no lo abandones, porque puede hacerse daño o lastimar a otras personas.

4. Que tus hijos no vean esta conducta. Hay aprendizaje por observación y ellos van a captarlo y a creer que esa conducta es normal y se naturaliza.

5. Identifiquen si no existen problemas de adicción. Si este fuera el caso, hay que llevarlo a recibir terapia psicológica.

6. Si ya está ‘chumado’. Utiliza un conductor o taxi de confianza para recogerlo y llevarlo al destino, pero de manera segura.

7. Después de la ‘plutera’, hablen. Siempre hazlo cuando la persona esté sobria.

“Los jóvenes por contar con más impulsividad pueden tener más probabilidades de perder el control. El alcohol es una droga depresora que disminuye la conciencia”.Joel Cañarte, psicólogo clínico
Aunque tenga todas las ganas de dejarlo botado, no lo abandone, puede correr peligro o lastimar a otros.Amelia Andrade / Extra
“Cuando se repite la historia, cansa la necedad, ya no hay amor, solo es un compromiso. Y se vuelve peor cuando hay agresión psicológica, verbal y física”.Lizbeth Lascano, psicóloga clínica