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Familia

Los límites, sin gritos y amenazas, son la clave en la conducta de sus hijos.Shutterstock

Mi hijo quiere tocar todo, ¿qué hago?

Que los niños quieran agarrar lo que les llama la atención es normal, no es una malcriadez, es una acción que le ayuda en su desarrollo. Paciencia, habla con él y pon límites 

El niño está cerca de la percha de los jarrones de un almacén, tú le ve las intenciones: lo quiere tocar. En tu desesperación para que no lo haga caer; le ‘enciendes las intensas’ e inmediatamente le dices la clásica advertencia: “¡No lo toques!”, que puede venir acompañada de un grito.

Otra reacción automática del adulto (padre, madre, abuelos, etcétera) es arrancharle el objeto, de forma brusca o no.

“Unos lo hacen porque no quieren que sus hijos se hagan daño (que se corten, se pinchen con algún adorno). Otros se asustan por la posibilidad de pagar el objeto”, indica la psicóloga clínica Lizbeth Lascano, quien dice que varios padres actuarían así porque les da vergüenza que otros juzguen su crianza.

Es solo exploración

Que esté ‘revoloteando’ y ande en el ‘toqueteo’ es solo curiosidad propia de su edad. Según Lascano, esta podría extenderse hasta los 8 años.

La orientadora familiar y psicóloga educativa Erika Alvarado afirma que el niño necesita explorar, conocer y experimentar en el mundo que lo rodea.

“Esto no quiere decir que lo deje tocar todo, hay que poner límites. Si no se satisface adecuadamente, esta necesidad traerá consecuencias en su desarrollo. Un constante “No toques” produce niños inseguros, miedosos, con sentimiento de culpa, siempre necesitarán aprobación para hacer algo. También les causa frustración y un limitado desarrollo en sus habilidades y capacidades”, manifiesta Alvarado.

A su parecer, los padres que perderían la paciencia en estas situaciones serían autoritarios, ansiosos, poco tolerantes y sobreprotectores. 

Los grandes también ‘toquetean’

Quienes mantienen estos comportamientos y ya tienen edad para acatar órdenes (a partir de los 6 años), y siguen con el ‘toca toca’, deberían ser evaluados por profesionales.

“Podría estar asociado al trastorno del espectro autista (TEA), trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), estos signos no deben de ser pasados por alto, mejor es descartar”, expresa la experta en familia, quien asegura que niños superdotados mantienen esta conducta.  

EXTRAtips

1. Los límites siempre ayudan. Fíjalos en el hogar y desde temprana edad. Que en el niño se cree con este hábito saludable. No se trata de imponer: “Vamos a salir y no vas a tocar nada, pobre de ti”. Se debería decir: “Al lugar que vamos puede tener cosas que nos llamen la atención y no es correcto coger todo, primero hay que saber si lo podemos tocar, porque pueden tener prohibiciones”, se le va explicando el escenario.

2. Usa estrategias, no amenazas o gritos. Evita decir el ‘no’ con frecuencia, mientras más lo repite, más lo animas a hacerlo. Por ejemplo, puedes intercambiar un objeto por otro que no debe tomar: “Dame esa tijera, que te puedes lastimar y toma este peluche con el que puedes jugar”.

3. Involúcrate en el momento. Podrías decirle a tu pequeño: “¿Quieres tocarlo? Te voy a ayudar, dame tu mano, lo haremos con un solo dedo. Asimismo, es válido decirle. “Puedes conocer con solo ver el objeto. ¿Qué tal si jugamos a ‘manos atrás’ y describimos al elemento a partir de nuestra observación?”.

4. No caigas en el error de dejarlo en casa. Sería absurdo llegar a tomar esta actitud, no llevarlo a un almacén, supermercado, casa, por el miedo de que coja las cosas. Eso limitaría no solo el desarrollo de sus capacidades cognitivas, también sus habilidades sociales.

“Esta actitud aparece cuando los niños empiezan a caminar, es ahí cuando pueden acercarse a diferentes lugares y coger objetos que se encuentren a su altura”.Erika Alvarado, psicóloga clínica y orientadora familiar
La primera infancia es la etapa del descubrimiento y tocar es parte de esa exploración.Pixabay
“En la primera infancia se da el despegue de nuestro universo sensorial y perceptivo, en el que se recibe información cognitiva, motora y emocional”.Lizbeth Lascano, psicóloga clínica