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En este plantel ubicado en Flor de Bastión varias veces padres han pedido que las clases sean virtuales.Freddy Rodriguez

"Mejor 'burros' que muertos", el temor de los padres de familia ante la ola de delincuencia en Ecuador

Expertos sostienen que es necesario tomar acciones de prevención para evitar que los alumnos abandonen las aulas o que reciban educación telemática, porque en un futuro ellos podrían ser parte del problema.

El temor a la delincuencia se convierte en el principal obstáculo para que niños y adolescentes estudien con tranquilidad. Los sicariatos, robos y extorsiones han provocado el incremento de la deserción escolar, especialmente en colegios de la región Costa, en donde la violencia criminal golpea con mayor intensidad.

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José tiene 45 años y cuatro hijos adolescentes, el mayor logró graduarse el año pasado, pero los tres menores no han podido continuar sus estudios secundarios, pues la criminalidad los ha encerrado en su domicilio.

El comerciante, quien reside en el bloque 6 de Flor de Bastión, en el noroeste de Guayaquil, desde hace un año es víctima de extorsionadores, quienes le exigen 100 dólares semanales a cambio de no atentar en contra de su vida o la de sus familiares. Por miedo a que estas amenazas se cumplan, en marzo pasado decidió no inscribir a sus hijos en la unidad educativa donde también cursaron sus estudios primarios.

Padres de familia llegan a dejar y a retirar a sus hijos.GERARDO MENOSCAL

José, quien es oriundo de la provincia Los Ríos, cuenta que los ‘vacunadores’ le exigían 25 dólares semanales, pero que de un momento a otro cuadriplicaron el valor.

“Ahora me piden $ 100 a la semana. Me envían fotos de mi familia, del colegio donde estudiaban mis hijos, del local. Hace dos meses que el negocio atiende a medias, pero aun así sigo pagando ‘vacuna’. Por seguridad para mis niños decidí no ponerlos a estudiar, mejor ‘burros’ que muertos, es peor vivir con la tensión de que algo les pueda ocurrir. Debo trabajar y no puedo irlos a dejar y a retirar todos los días”, confiesa.

Los adolescentes de 13, 14 y 16 años estudiaban en un plantel ubicado en el bloque 5 de Flor de Bastión. Ahora ellos pasan en casa ayudando a su madre en los quehaceres del hogar y por las tardes, como una opción para no dejar de aprender, ven vídeos relacionados con el plan de estudio. “La tecnología ha ayudado para que ellos conozcan el programa educativo de acuerdo a su año escolar, pero no es lo mismo, en abril pasado envié una solicitud al plantel, también a la Subsecretaría de Educación para que mis hijos puedan estudiar de manera virtual, pero no me dieron solución. Por el sector donde residimos casi todos los días hay asesinatos, robos... pasa de todo”, acota con preocupación la madre de los jóvenes.

Flor de Bastión es parte del distrito Nueva Prosperina, el más violento de la Zona 8. Solo en esta jurisdicción del 1 de enero al 1 de septiembre de este año se han registrado 456 crímenes.

  • Rondan el plantel

Dramas como los de José y su familia no le son ajenos a Katty, una guayaquileña de 40 años, quien hace una semana tomó la decisión de no enviar a sus dos hijos a la escuela, luego de que comenzaran a circular panfletos, firmados por supuestas organizaciones criminales que aseguran que atacarán a las mafias enemigas que radican en el sector de Sauces, en el norte porteño.

Amenazas como estas comenzaron a circular en redes sociales.Cortesía

Expresa que hace dos meses un hombre comenzó a rondar la institución educativa y que preguntaba cuántas puertas tiene el plantel y que si había salidas de emergencia.

“Nos sorprendió, porque si era padre de familia tenía que saberlo. La semana siguiente se acercó una señora a preguntar si es necesario un carné para entregar a los niños. Este lunes, a las 11:00, nos llegó un mensaje al grupo de padres, muchos como yo decidimos no enviar a nuestros hijos a estudiar. El martes fueron unos cuantos alumnos, pero desde el miércoles se suspendieron las clases. Nos dicen que van a poner resguardo policial, si es así envío a mis hijos, de lo contrario se quedan en casa”, afirma.

  • ‘Vacunan’ a directora

En los plantes de Durán la situación podría ser mucho más preocupante por el alto nivel de violencia registrada en esta última semana. Este cantón ya supera los 150 asesinatos, a cuatro meses de que concluya el 2023.

Roberto, un padre de familia que labora como guardia de seguridad, cuenta que su esposa, durante el tiempo en que su hija 8 años estudia en un plantel fiscal situado en la cooperativa Antonio José de Sucre, ejerce su mismo oficio, porque “por el miedo a que le pueda pasar algo permanece como custodia afuera de la escuela”.

Los padres de familia de los colegio de Durán viven en constante zozobra.GERARDO MENOSCAL

El progenitor revela que desde que comenzó el año lectivo, delincuentes extorsionan a la directora y a los profesores y que el mayor temor de los padres de familia es que, por represalia, los pillos atenten en contra de los estudiantes, como ya lo han advertido a través de mensajes y panfletos.

“Es un secreto a voces que la directora no está yendo al plantel por las amenazas, le han advertido que van a poner una bomba, es importante que policías estén presentes a la entrada y salida de los estudiantes. Nos preocupa la falta de interés, da miedo pensar que están esperando que pase algo para denunciar y tomar acciones. Mi hija está asistiendo a clases, pero mi esposa se para como guardia afuera”, afirma.

  • Mónica Franco, educadora: La inseguridad y la delincuencia han creado un panorama oscuro

Mónica Franco, ex viceministra de Educación y ministra subrogante, afirma que la presencia activa de la delincuencia organizada ha generado en las escuelas un ambiente de miedo e inseguridad, lo que dificulta el proceso de enseñanza y aprendizaje que deriva en deserción.

“Los estudiantes y los docentes se sienten amenazados y distraídos, lo que afecta directamente en los resultados de rendimiento académico. La inseguridad y la violencia en la educación son dos problemáticas muy vinculadas que, sin duda, han creado un panorama oscuro en los entornos educativos”, afirma.

Explica que lo primero que deben hacer los directivos, docentes y padres de familia es organizarse para colaborar directamente en acciones preventivas y de protección que ayuden a bajar los niveles de ansiedad. Para ello se debería identificar con claridad cuáles son los riesgos, pues precisa que “estos difieren según el entorno, no es lo mismo una escuela que está en el centro de la ciudad que otra que se asienta en zonas urbanas marginales”.

Sostiene que es necesario acordar acciones de prevención y cita como ejemplo que los estudiantes estén acompañados por sus padres en el trayecto de llegada y salida de la escuela y que no se porten objetos apetecidos por los delincuentes como celulares y tablets. Además, programar acciones de protección, como las brigadas de padres de familia que apoyan en el control de ingreso y salida de los estudiantes, y que observan lo que se vende en el exterior de la escuela.

Franco afirma que para ayudar a los alumnos que no van a clases por miedo lo primero es mantener contacto con sus padres con el objeto de apoyarlos, para aplicar en esos casos la modalidad de educación en casa.

“También es importante mantener procesos formativos para los padres de familia, de modo que estos puedan empoderarse y apoyar el estudio de sus hijos en casa. Otro recurso es recomendar una selección de videos educativos o de ejercicios que se encuentran disponibles en distintas plataformas, como YouTube o sitios web, y desarrollar actividades de encuentro y acompañamiento a los estudiantes en casa”.

  • Javier Gutiérrez, Sociólogo: Niños y jóvenes deben gozar de protección y seguridad

El sociólogo y catedrático universitario Javier Gutiérrez sostiene que es importante conocer que los niños que han desertado de sus escuelas y que pasan mucho tiempo en la calle es porque vienen de hogares con problemas y de escuelas que no logran retenerlos en el aula, razón por la cual podrían caer en las redes criminales si no se actúa a tiempo. “Es por eso que es importante mantenerlos ocupados y de a poco reinsertarlos al sistema educativo”, precisa.

En caso de que los estudiantes sean víctimas o estén rodeados de violencia criminal lo aconsejable es la virtualidad. “Los padres de familia deberían exigir a las autoridades de educación para que mientras el país atraviese esta situación de riesgo ellos reciban clases en sus hogares. Me pongo en los pies de un padre que tiene a sus hijos en la escuela donde están amenazando a los directorios y profesores yo haría lo mismo, retiraría a mis hijos. A los niños hay que protegerlos, pero garantizando que no salgan del sistema educativo”, manifestó.

Explicó que lo primero que debe hacer el Estado para que los menores regresen a sus aulas es crear actividades donde los niños y jóvenes se puedan agrupar, porque esto les permite desarrollarse en su entorno. “Se incrementa la iniquidad en la sociedad y eso genera violencia. Esos niñas cuando sean adultos van a tener problemas para cuidar y dar atención a sus hijos”.

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