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18 días estuvo internada por brutal ataque sexualReferencial

Manabí: Menor de edad fue víctima de un salvaje delito, su padre pide ayuda para operarla

Le perforaron el útero y los intestinos, por lo que le practicaron dos cirugías que le dejaron un corte de 60 centímetros en su abdomen

Sesenta centímetros mide la herida que atraviesa el cuerpo de Mariana, desde sus partes íntimas hasta más arriba del ombligo. Esa ha cicatrizado de una manera horrible.

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Pero hay otra peor. Una que no ha cicatrizado. Una que duele en el alma y que genera un profundo dolor por la violación de la que fue víctima hace siete meses y en la que su atacante utilizó un palo de escoba. Brutal. Salvaje.

Debido a ese execrable acto, la nena tuvo que ser intervenida dos veces para reconstruir su útero y sus intestinos. Permaneció 18 días internada en un hospital de la provincia de Manabí.

Desde julio de 2023, días después del delito sexual del que fue víctima, su proceso de cicatrización ha sido lento, debido a una bacteria en su organismo. Pero, en medio de su inocencia, lo que no ha sanado y sigue abierto son las heridas de su corazón.

Quienes deseen ayudar a esta familia pueden contactarse al celular 0959878807. Mariana necesita de una cirugía plástica en su abdomen.

La tragedia que padeció cuando apenas había cumplido 12 años ha hecho que su vida diera un giro radical. De la niña alegre que se levantaba con una sonrisa que iluminaba su humilde hogar ya solo quedan rezagos. Ahora prefiere estar en casa. Se queda allí para abrazar sus muñecas, antes que salir y enfrentar el mundo que la golpeó y la ha sumergido en una profunda tristeza.

Mariana cursa el último año de su etapa escolar y es la quinta de seis hermanos. Su odisea comenzó cuando conoció a un joven cinco años mayor que ella y del cual, según su padre, se enamoró pese a su corta edad.

Pero como si su desgracia no fuera suficiente, también ha tenido que soportar las burlas y miradas de sus compañeros de salón de clases. Posiblemente, ellos, en su inocencia, no entienden todo el dolor que ella ha pasado como víctima de violencia sexual.

Las niñas víctimas de un delito sexual tienden a presentar reacciones ansioso-depresivas; los niños, fracaso escolar y dificultades inespecíficas de socialización, así como comportamientos sexuales agresivos”.Julieta Sagñay, psiquiatra

“Desde que le pasó esta desgracia ya no quiere salir de casa, sus calificaciones han bajado notoriamente. Su rostro siempre está apagado, cuando se mira la cicatriz se deprime y se pone a llorar, se cuestiona por qué tiene un ‘cierre’ en el abdomen. Duerme muy poco, se levanta sobresaltada, casi siempre tiene pesadillas, a veces nos pide que la dejemos sola. Mi niña ya no es la de antes”, cuenta con tristeza su progenitor.

  • Se le sumaron las tragedias

Sin embargo, esto no es lo único que aflige a esta familia oriunda de Guayaquil, pero que por azares del destino tuvo que radicarse en uno de los cantones de la provincia de Manabí. Hace 17 años, a la hermana mayor de Mariana le detectaron una enfermedad que hizo que sus padres se endeudaran y vendieran sus pertenencias e incluso hasta la casa donde vivían.

Años después, a otro de los integrantes de la familia le diagnosticaron problemas cardíacos, por lo que sus padres no tuvieron otra opción que volver a endeudarse para poder cubrir los gastos médicos de sus dos hijos, ambos menores de edad.

“Por salvar la vida de mi hija mayor tuve que vender hasta mi sangre. Soy O- y es una sangre difícil de conseguir; con esto pude comprar las medicinas que mi hija necesitaba de manera urgente. Incluso tuve que prestar dinero a los chulqueros y al no tener cómo cancelares, en dos ocasiones me agredieron físicamente”, manifiesta el padre de la niña.

La menor de edad se deprime cuando observa la herida que tiene en su abdomen.Cortesía

Tres meses antes del delito sexual en contra de Mariana, a su madre le detectaron un precáncer en el cuello uterino. Esto agravó la calamidad de la familia, en ese momento la prioridad era darle atención médica.

“Ya lo de mi esposa nos estaba golpeando como familia y para colmo un día llego a la casa y encuentro a mi niña llorando en el baño. Estaba bañada en sangre, me dijo que había sufrido un accidente. Pero mi instinto de padre me decía que era otra cosa. Averiguando, supe que fue víctima de un delito sexual”.

Indignado, el hombre solo pide justicia y que la persona que le hizo esta maldad también reciba tratamiento psicológico, porque seguramente viene de un hogar disfuncional. “No quiero que me regalen nada, deseo un trabajo para poder ayudar a mi familia”, expresa.

  • Ayuda psicológica de largo

La psiquiatra y experta en salud mental, Julieta Sagñay, sostiene que el tratamiento para una persona que es víctima de violación debe mantenerse a largo plazo.

Explica que, en este caso, al tratarse de una menor de edad, “las consecuencias a corto plazo son devastadoras para su funcionamiento psicológico”, sobre todo si el agresor es un miembro de la misma familia o de su entorno.

“El impacto emocional de una agresión sexual está modulado por cuatro variables, por lo tanto, el tratamiento debe ajustarse a las necesidades de la víctima. Tomar en cuenta su estabilidad psicológica, edad, sexo y contexto familiar, y también las características del acto abusivo, la relación existente con el abusador; y, por último, las consecuencias asociadas al descubrimiento del abuso, es decir, cómo reaccionaron sus padres”, explica.

En cuanto más crónico e intenso es el abuso, mayor es el desarrollo de un sentimiento de indefensión y de vulnerabilidad, sostiene Sagñay. Por ello, lo más probable es que resulte en la aparición de síntomas de ansiedad, depresión, estrés postraumático e incluso ideas de intento de suicidio, deseos de escapar de casa o consumo de droga, señala.

  • Boleta de auxilio a favor de la víctima

En octubre de 2023, tres meses después del delito sexual en contra de Mariana, sus padres se armaron de valor y decidieron denunciar en la Fiscalía al agresor. La denuncia fue puesta en la provincia de Manabí, el presunto victimario no puede acercarse a la menor de edad. “Se prohíbe que el adolescente o a través de terceras personas realice actos de persecución o intimidación a la víctima menor de edad”, indica en la boleta de auxilio.

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