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El violentómetro busca hacer conciencias en las mujeres para que ellas mismas denuncien algún tipo se abuso.Tatiana Ortiz

Acostumbradas a los golpes

La boleta de auxilio tiene más de nueve años en su poder pero ‘Maricela’ aún no ha querido usarla

La boleta de auxilio tiene más de nueve años en su poder pero ‘Maricela’ aún no ha querido usarla. La mujer de 45 años, obtuvo el documento después de denunciar la paliza que le dio su conviviente cuando llegó borracho a la casa. En aquel tiempo la mujer se separó de su esposo pero luego de unos meses, él la convenció para volvieran a estar juntos por el bienestar de sus cinco hijos.

Desde entonces comparten el mismo techo y si bien es cierto, los golpes disminuyeron pero las agresiones psicológicas cada vez van en aumento. A veces siente miedo cuando escucha a su marido decirle que podría morirse si se va de la casa. Pese a ello ‘Marecela’ trata de seguir luchando por mantener su hogar unido aunque no sepa cuánto más podrá soportar.

Hace una semana llegó a sus manos el violentómetro de la campaña ‘Los Ríos sin violencia, ni una menos’. Fue entonces que la mujer pudo darse cuenta del grado de agresividad al ha estado sometida durante todo este tiempo. Leyó detenidamente cada uno de los puntos y se sintió identificada. ‘Maricela’ fue forzada a mantener una relación sexual y con ello se ubicó en el número 25 de la zona más crítica del medidor de violencia. Seguido está el abuso sexual, luego la violación, mutilación y finalmente la muerte.

En ese último punto se encuentran las seis mujeres que fueron asesinadas este año en la provincia, de la mano de sus esposos, convivientes o parejas sentimentales. Según un informe de la Dinased de estos casos de femicididos, tres están resueltos mientras que los familiares de los tres restantes aún esperan justicia.

Azucena Gamarra, es una las víctimas mortales que durante años aguantó golpes e insultos de su conviviente. La mujer quiso buscar ayuda pero según sus allegados, el marido amenazó con matarla si continuaba con el proceso. Finalmente el 19 de febrero de este año Azucena, fue hallada con varios machetazos en su rostro al interior de su vivienda y hasta la fecha nadie conoce el paradero de su conviviente quien tiene una boleta de captura en su contra.

En lo que va del año la Fiscalía de Los Ríos ha receptado 246 denuncias por violencia física contra la mujer. Estas se agrupan de acuerdo a la gravedad de los golpes y agresiones que pueden dejar incapacitada a la víctima hasta 90 días. Un número mayor se registra en las denuncias por violencia psicológicas contra la mujer o miembros del núcleo familiar, que hasta la fecha ya suman 1382 casos reportados.

Frente a ello el Consejo de la Judicatura registra 71 causas ingresadas por violencia física contra la mujer de enero a octubre de este año. Mientras que otras 802 denuncias se recibieron en el mismo periodo por agresiones a la mujer que no dejaron rastros de incapacidad física en ellas.

Más allá de estas cifras están las mujeres que deciden no denunciar el maltrato o abuso hacia ellas por múltiples factores. En este grupo está ‘Clara’ quien vive prácticamente acostumbrada a las humillaciones y a los golpes que le da su esposo cuando se emborracha. Pese a que sus familiares le piden que lo deje, ella no quiere por el hijo y la casa que tienen en común. Jesica Segura es la sobrina del esposo de ‘Clara’ y cada vez que la visita en el recinto Matecito de la vía a Chilintomo en Babahoyo, buscan hacerle entender el peligro que corre en esa relación. “Nos da mucha pena su situación pero ella no quiere entender. Quizás está esperando que ocurra alguna desgracia aunque ya será demasiado tarde”, acotó Jesica.

Según la psicóloga clínica Stefanía Miranda Cedeño, cuando una mujer decide callar el abuso es porque ha comenzado a normalizar el maltrato como parte de la relación en pareja. Según la experta es ese círculo patriarca que aún permanece arraigado en muchos hogares, el que ha mantenido sometidas a muchas mujeres. “El hombre se siente en una relación de poder como jefe de hogar y por ello cree que debe mandar a su mujer en lo él quiera. Desde esa perspectiva y existiendo campañas de sensibilización aún tenemos patrones de mujeres que callan el abuso en el hogar”, refirió la profesional.

Según Miranda, el respaldo de la familia hacia la mujer maltratada es vital para que ella siente en cualquier decisión que tome. Muchas veces el temor a quedarse solas o no saber qué será de ella si no tienen a un hombre al lado, las hace declinar de cualquier proceso judicial y empiezan a acostumbrase a los golpes.