Exclusivo
Actualidad
¡Leyendas, la herencia del terremoto!
La gente se olvida que aquí fue la zona cero, el lugar de mayor daño del terremoto y de verdad que hubo cosas raras.
Era de noche en Manta, hora de dormir. Tratábamos de descansar luego de una cobertura de deportes, pero cuando pretendíamos hacerlo nos dimos cuenta que estábamos en Tarqui, la zona cero del terremoto del 16 de abril del 2016.
Justo en ese lugar inicia una conversación que no debía. Álex Lima, el fotógrafo de EXTRA, comienza una charla incómoda: “¿Tú tienes miedo, nunca te han penado, ni se te ha aparecido algo raro?”. La conversación comenzó a girar en torno al temor a los espíritus y sobre todo al tema de la muerte, de las supuestas cosas paranormales que suceden en este sector de Manta, donde hubo 673 fallecidos por el sismo de hace 5 años.
El ambiente se puso raro. Y salieron a luz aquellos relatos de las muchas leyendas sobre el lugar. Daba más miedo que cuando llegan los cobradores en quincena.
Dicen que aquí se presenta una niña que llora, que los gatos negros maúllan fuerte y que todavía se escuchan lamentos.
En realidad el lugar es desolado, tanto de día como de noche. Es que siendo una zona comercial todavía no vuelven quienes laboraban en el sitio, donde aún hay casas destruidas y muchos solares vacíos.
Además, los comerciantes de la zona hacen malabares económicos para volver a estar como antes del 16 de abril del 2016.
El miedo comenzaba a inundar el lugar. El acuerdo fue conversar con quienes viven en el sector y, si es posible, con el párroco de Tarqui.
PARQUE DON BOSCO
El parque Don Bosco es el lugar donde se reúnen las personas que no se han ido de Tarqui, quienes perdieron a sus familias, pero siguen viviendo allí.
En esta área verde existe un monumento en honor a las víctimas del terremoto, testigo mudo de quienes todos los días lo visitan.
Ramón Andrade ha vivido toda su vida en Tarqui, cuenta que la leyenda de la niña que lloraba todas las noches se hizo famosa en los primeros años y era real, especialmente cuando no había energía eléctrica en el sector.
“Lo de la niña lo comentaban mucho los militares, quienes aseguraban que se les había aparecido”, asegura el hombre.
Iván Cedeño indica que habló una vez con una persona que barría las calles: “Me dijo que sentía como un frío extraño cuando hacía la limpieza en este lugar”, mientras que como experiencia personal asegura que una noche sintió “algo raro que me erizó la piel”, aunque con el pasar de los años ha dejado de sentirlo.
Luis Barcia es enfático en señalar que estamos en la zona cero del terremoto: “Aquí fue el lugar más afectado de la ciudad, muchas personas murieron y por eso surgieron muchas leyendas, como la de los gritos que se escuchaban en el sitio”.
PADRE GÓMEZ: “NO SIGNOS MALIGNOS”
El párroco de la parroquia Tarqui es el quiteño Francisco Gómez, quien vivió el terremoto y ha sido parte fundamental en la reconstrucción de la iglesia y del colegio salesiano San José. Cuando le hablamos de que penan en el lugar de la tragedia, de esa niña que llora o del miedo que siente mucha gente al pasar por este sector, dice:
“No hay presencia de signos malignos, aunque muchos aseguran que sí existen. Lo sucedido se debe a que las personas están muy estresadas o viven con preocupaciones por falta de trabajo o problemas y como consecuencia de esto sienten esas cosas raras”, expresa.
También manifiesta que en años anteriores se hicieron oraciones y lanzaron agua bendita, pero en sectores como en Villamarina, en Tarqui no.
“Dicen que los militares escuchaban esas cosas. En ese tiempo no se dejaba pasar a nadie por este sector que se lo conoce como zona cero y luego todo eso se convirtió en leyenda”, explicaba el padre Gómez, mientras entregaba fundas de comida a hermanos venezolanos.
FÁBULAS URBANAS QUE CRECEN
Dicen que hay videos, que existen fotos, pero en realidad nadie los tiene, son las fábulas urbanas que han crecido con el paso de los años en el sector de Tarqui.
Los habitantes del lugar cuentan que hay gente tan miedosa que pasa de manera rápida por el sitio. Muchos dan fe que escucharon voces, otros que por el lugar se siente un frío intenso, pero la única realidad es que no hay evidencias. Todo es misterio. Lo que sí abundan en estos días son los gatos. Muchos.
TODOS LOS DÍAS VE SU NOMBRE
Onofre Castro va la mayoría de los días al parque Don Bosco, de la parroquia Tarqui. En el sitio están sus amigos de siempre, con quienes bromea, hablan de la vida, del fútbol y de cómo el sector sale adelante poco a poco.
EXTRA le consulta sobre las cosas paranormales que pasan, pero nos cuenta algo que nos deja fríos. Él perdió a una hija en el terremoto del 2016 y el nombre de ella está grabado en la primera pared del monumento, en memoria de los que fallecieron, ahí dice: “Yadira Castro, 31 años”.
Para Onofre, el recuerdo del terremoto lo tiene todos los días presente.
Se han dicho muchas leyendas urbanas sobre el sector, pero confiesa que eso era antes. “Cuando el parque estuvo cerrado y no había luz se dijeron tantas cosas, había gente que aseguraba que veía a una niña llorando. Y es que, por ser muy comercial, muy pocos habitan en la zona”, expresa Castro.
Cinco años han transcurrido de aquel terremoto que se llevó a su hija, junto a otras 673 personas.