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Las protestas recrudecieron en Cuenca

Los daños a los bienes públicos y privados son evidentes.

Las protestas en Cuenca se salieron de control. Los daños a los bienes públicos y privados y los enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden recrudecieron.

Perecía una guerra sin cuartel. El humo de llantas encendidas y el efecto de los gases lacrimógenos se apoderaron del centro urbano. Hubo gritos de auxilio y consignas contra el Gobierno. Fue entonces urgente la presencia de piquetes de militares que desde su cuartel se digirieron a pie y listos para reforzar el trabajo policial en el centro de Cuenca.

Los heridos se presentaron de lado y lado. Los voluntarios de la Cruz Roja brindaron la asistencia a los manifestantes heridos, mientras que los médicos militares atendían a policías. El número de afectados se incrementó a 30, entre policías y manifestantes.

Era ya cerca de las 18:00 cuando volvieron a reorganizarse los grupos de reclamantes. Unos corrían en busca de refugio, mientras la Policía los perseguía en motocicletas. Otros se refugiaban detrás pilares y en pasajes peatonales.

Las redes sociales se inflaron con tomas de video y fotografías que, desde los balcones y terrazas de las casas del centro de Cuenca, registraban el desenlace de las movilizaciones.