Un pedazo de dedo que “como no se salió se pudo recuperar y pegar”, y una fiesta que acabó entre la angustia y el reclamo de todos en casa. Así define Manuel Lozano el último festejo de fin de año.

Sucedió en un sector de Bastión Popular, cuando su sobrino Junior salió a la calle con unos amigos a recoger las camaretas que no habían reventado y que se encontraban diseminadas junto a los monigotes con los que despidieron el 2020.

“Encontró dos (camaretas) y las llevaba en la mano, cuando le explotaron. Ahí se acabó la fiesta”, recordó el hombre, quien el lunes pasado buscaba con su hijo y su esposa unos juegos pirotécnicos que sean seguros. No quieren volver a vivir apuros ni riesgos.

Lozano llegó hasta el local de AZ Fireworks, donde encontró lo que quería: fuentes de luz, volcanes, tortas de 19 tiros y una serie de artículos que, según dijo, le servirán para “llenar de luz y alegría mi barrio”.

Como él, el comerciante Otto Célleri Mendoza estaba listo para llevarse “todo un cargamento” a Manta, Manabí. “Voy a comprar unos dos mil dólares. Estoy seguro de que saldrán (se venderán) enseguida, porque la gente ahora se ilusiona bastante con esto de las luces en el cielo, algo más de familia; no como las camaretas, que son un riesgo para todos, hasta para los animalitos”, manifestó mientras agarraba la caja de una torta multicolor de 19 tiros y con 10 efectos de luces.

“Esto les gusta a los niños”, dijo Célleri, quien desde hace tres años, según cuenta, dejó de lado la venta de productos irregulares (artesanales), “pues su manejo es muy riesgoso para nosotros los comerciantes y para el público”.

Pirotecnia segura

Al respecto, Eduardo Azar, gerente de AZ Fireworks, explicó que la venta de fuegos artificiales, cuya importación y comercialización cuenta con la autorización y control del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, ha venido creciendo en los últimos años y que, con esto, también se han ido reduciendo los accidentes en la manipulación de artefactos peligrosos.

Azar se refirió en especial a las llamadas camaretas y los tumbacasas fabricados de manera artesanal, que en años anteriores han provocado algunas tragedias en niños y adultos.

“Los comerciantes se han ido autorregulando ellos mismos, han entendido los riesgos que se corre al vender y embodegar explosivos fabricados sin ningún control”, destacó.

Sin embargo, Martín Cucalón, comandante del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, insistió en que se mantiene la campaña para desincentivar el uso de explosivos, porque aún muchos no entienden que no deben exponerse.

Recordó que la Ley de Tenencia de Armas y Explosivos establece sanciones de 3 a 6 años de prisión “a quienes tengan, fabriquen, comercialicen o embodeguen explosivos de todo tipo sin permiso”.

Sobre esto, Cucalón resaltó que “el control de los explosivos es netamente de las Fuerzas Armadas” y que es su personal el llamado a evitar la venta de material elaborado sin control.

Quienes se dedican a esto lo hacen en cualquier lado, con el riesgo de la mezcla de productos, explica Azar, al contrastar los productos artesanales con los juegos pirotécnicos importados, “que son elaborados en sitios donde los componentes garantizan un juego de luces y efectos sin riesgos, algo diferente”.

De todas maneras, pese a todas las seguridades establecidas en estos materiales importados, cuya mecha larga es más segura para su encendido, Azar enfatizó que se debe tener cuidado con los niños. “A lo sumo el chispeador y el ‘pop’ (que hacen explosiones pequeñas al lanzarse al piso) para ellos. Esta debe ser una fiesta llena de luces, en la que el cielo se ilumine con felicidad”.

Feria de Juegos Pirotécnicos con show

Un show pirotécnico con todas las medidas de seguridad inaugurará, a las 18:00 de mañana, la Novena Feria de Juegos Pirotécnicos de Guayaquil, en la explanada del estadio Monumental.

Carol Segovia, vocera del evento, explicó que habrá unos 60 comerciantes en sus stands y que la atención será hasta el 31 de diciembre.

Aclaró que “en la feria no se encontrará ningún artefacto explosivo de fabricación artesanal, como camaretas o tumbacasas, los cuales en su mayoría son los que causan incendios y otros tipos de desgracias”.