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Drama

Su nuera, en ocasiones, le ayuda con las actividades cotidianas.Álex Lima / EXTRA

Un jubilado del norte guayaco peregrina en hospitales mientras tumor crece en su brazo

Adolorido e indignado vive Wiston Castillo por no tener un diagnóstico claro de su dolencia. Le ha tocado automedicarse y visitar a sobadores empíricos

Hace dos meses, el esmeraldeño Wiston Castillo Vaca, de 60 años, no puede vestirse ni asearse solo. Requiere de ayuda para realizar estas cotidianas actividades.

Su hombro izquierdo se dislocó mientras andaba en una bicicleta. No sufrió ningún accidente, solo bastó que hiciera una sencilla maniobra al pasar sobre un ‘vigilante acostado’, en una calle de la cooperativa Juan Montalvo, norte de Guayaquil, sector en el que reside hace tres décadas.

“Eso solo fue un pretexto. El brazo se me zafó del hombro por una bola que me apareció. La cabeza del húmero (hueso de la extremidad superior) ya no existe, el tumor se la ‘comió’ rápido”, cuenta.

El bulto mide aproximadamente ocho por quince centímetros, con proyección de crecimiento.

Wiston cree que este quiste podría ser la consecuencia de una afectación que padeció en 2013, un tumor maligno en el riñón derecho, el cual le fue extirpado.

De aquí para allá...

Debido a su constante e intenso dolor, el jubilado acudió a la atención hospitalaria pública y es allí donde empieza su verdadero calvario y pesar.

“Me cargan como la pelota. Fui al Hospital Teodoro Maldonado, allí me dijeron que tenía que ir al Hospital del Día Sur Valdivia para que me den un código y me pudieran atender. Voy allá y me indican que no existen ningunos códigos”, dice con indignación.

Detalle de la radiografía.Cortesía

También fue al Hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social Los Ceibos. “Allí estuve de 09:00 a 21:00. Me hicieron una tomografía, me detectaron el tumor y me dieron un inmovilizador de brazo, pero hasta allí no me atienden para determinar si el tumor es maligno o no e iniciar el tratamiento. En el Seguro solo me dieron 10 paracetamol y tres inyecciones. En casos de cáncer, un día sí cuenta”, menciona el oriundo de Esmeraldas.

El tumor ha hecho que su brazo se hinche íntegramente, desde su mano hasta la tetilla, esta última parte de su cuerpo estaba tan grande que parecía un seno.

Debido a la lentitud en su atención, Wiston se vio obligado a optar por la asistencia privada y una clínica le informó que la operación a la cual debe someterse costaría de 3.500 a 4.000 dólares, dinero con el que no cuenta su familia.

Como no resiste los hincones en su hombro no le tocó de otra que hacerse atender en Solca y, mientras no se determine que el quiste es maligno, tendrá que seguir costeando las consultas y exámenes.

Automedicación

Wiston señala que su padre fue sobador y que él aprendió de su oficio, por eso se frota mentol o sábila helada para poder aplacar el dolor. Y cuando no resiste más se automedica, toma antiinflamatorios.

“Ya no puedo dormir, me toca hacerlo sentado, mi cama es un sillón”, expresa el jubilado, quien en las pocas horas que pernocta solo sueña con ser atendido, descubrir qué tipo de tumor es el que padece y empezar su tratamiento

"Me duele el hombro, pero también la falta de atención de los hospitales públicos. Cuántos estarán como yo”.Wiston Castillo, jubilado
Su sillón es su cama. Para dormir y descansar mejor debe hacerlo sentado.
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Álex Lima / EXTRA
“Si tiene un seguro deben atenderlo allá. El tumor va creciendo, él no puede trajinar, sin embargo, ha estado de un lado al otro”.Judith Guerrero, nuera