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Quito: Al joven asesinado en la cevichería lo fusilaron con precisión
La Policía informó que los presuntos asesinos esperaron a que se vaya un patrullero del lugar para atacar. Se presume un ajuste de cuentas
Hay temor. Una camioneta policial vigila una cevichería de Santa Bárbara, en el sur de Quito, en la que Andrés Paredes fue acribillado con un fusil, mientras que tres amigos que lo acompañaban resultaron heridos.
El hecho sucedió el 18 de septiembre de 2021, pero la familia que atiende el negocio continúa nerviosa. Tiene miedo de salir a recibir a un cliente. Esperan en la cocina a que un comensal ingrese y le toman el pedido. Prefieren omitir su identidad.
El propietario del local contó que al siguiente día del tiroteo, los familiares del joven asesinado fueron para hacer ‘relajo’ y supuestamente para pedir información. “No tenemos nada que ver en esto. Al joven acribillado y a sus amigos no los conocemos”, dijo.
El hombre solicitó resguardo policial para evitar problemas y añadió que ha perdido clientela luego del crimen. Teme que tomen represalias.
Sobre el día del atentado, el dueño del negocio recordó que él y su familia estaban dentro de la cocina, momento que fue aprovechado por los agresores para disparar en contra de los presentes. “Parecían bombas, nos tiramos al suelo. Cuando salimos vimos al joven ensangrentado y sin vida”, añadió.
INVESTIGACIÓN
Moradores mencionaron a EXTRA que los presuntos asesinos se movilizaban en una motocicleta y que estaban rondando la zona horas antes.
María Belén Rivas, capitán del Distrito Eloy Alfaro, explicó que los sospechosos habrían esperado a que un patrullero que estaba parqueado cerca de la cevichería se retirara para atacar. “La unidad estuvo hasta las 12:15 y el crimen sucedió minutos después”.
La oficial añadió que una cámara de seguridad captó a un hombre presumiblemente afroecuatoriano que ingresó al local minutos antes del tiroteo. Todavía no lo identifican.
Aquel día, familiares de la víctima comentaron que el posible causante sería una expareja de la mujer que acompañaba a Paredes. Sin embargo, Iván Naranjo, jefe de la Dirección de Muertes Violentas (Dinased), descartó esta teoría y dijo que por el nivel de violencia y el tipo de arma que se utilizó (fusil militar de asalto calibre 223), se trataría de un ajuste de cuentas. “Le habrían estado siguiendo”, mencionó.
Paredes vivía en La Mena, junto a su madre, y registraba antecedentes penales por robo, tenencia de armas e intimidación. La autopsia reveló que le dieron cuatro tiros. El que le llegó en el cuello lo mató.