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Los perros vigilan un terreno donde crían cerdos y siembran verduras.ángelo chamba

¡Una jauría de terror! Perros 'meten miedo' en una parroquia de Quito

Desde que los animales habrían matado a un hombre, los habitantes de la parroquia caminan con palos, pese a que ya los amarraron.

Los perros están encadenados y encerrados. No pueden salir. Su propietaria puso latas y palos en las entradas del terreno donde viven, en Yaruquí, al suroriente de Quito. Ella prefirió no dar declaraciones. Su tía habló por ella.

Los moradores del sector suelen tener perros para cuidar a sus animales o para proteger sus predios.

María Quishpe contó que su sobrina, durante toda la semana, estuvo en la Fiscalía realizando diligencias y rindiendo una versión sobre la aparición del cuerpo de un hombre -agonizante y desnudo- frente a su terreno.

Sucedió la noche del 18 de septiembre. Whithman Maisincho bajaba por los senderos del barrio La Lagache, que colinda con las zonas rurales de Yaruquí y Checa.

Quishpe mencionó que el hombre solía pasar ‘chumadito’ y presume que cuando caminaba cerca del terreno que cuidan los perros, desconocidos le habrían robado sus pertenencias y golpeado, dejándolo sin ropa y malherido.

La mujer supuso que Maisincho pidió auxilio a los vecinos, pero ellos no lo escucharon; sin embargo, se alertaron los canes. Estos salieron y lo atacaron hasta matarlo.

Los habitantes que viven cerca oyeron los gritos y bajaron para ayudarlo, pero era demasiado tarde. El hombre tenía graves heridas en todo su cuerpo. “Uno de sus ojos estaba afuera y el cuello lo tenía destrozado”, recordó Quishpe.

Sus parientes lo llevaron hasta un hospital en la capital y murió en el camino. Maisincho deja a dos niños en la orfandad.

Los familiares del hombre atacado colocaron flores en el lugar donde murió.Angelo chamba

Miedo y control

Los familiares prendieron una vela y colocaron rosas blancas y rojas en el lugar donde murió el hombre. También dibujaron una cruz en la tierra para recordarlo. También le exigieron a la sobrina de Quishpe que amarrara a sus perros y que cubra las entradas y salidas del terreno con tablas.

Son cerca de 10 canes que están atados al cuello. Cuando la gente pasa cerca del predio, los animales tratan de escapar y ladran ferozmente. Alicia Flores, moradora, desde que se enteró del hecho camina con la rama de un árbol para defenderse de algún can que quiera atacarla.

El Municipio capitalino inició una campaña la mañana de ayer con el objetivo de socializar la ordenanza 019-2020 que trata sobre el bienestar animal y la tenencia responsable de los animales de compañía.