Los amigos de Esteban (nombre protegido) continúan alarmados y lo cuidan herméticamente luego de que fue rescatado de una clínica de rehabilitación, en Cotacachi, provincia de Imbabura.

El joven, de 27 años, publicó un video que se volvió viral en redes sociales (el 1 de mayo) en el que afirmaba que fue llevado en contra de su voluntad a un lugar en el cual decían “que mis males provienen de mi orientación sexual”.

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Esteban añadió que miembros de su familia tienen documentación personal de él y estarían utilizando su nombre sin su consentimiento para “encubrir el secuestro que sufrí”.

Diario EXTRA se contactó con una de sus amigas, quien dijo que la víctima todavía estaba en estado de shock y esperaba a ver cómo evoluciona el caso que es investigado por la Fiscalía. El joven permanece en la casa de unos amigos.

Lidia Rueda, directora de la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec), explicó cómo localizaron al joven.

La activista señaló que mientras denunciaban la desaparición recibieron varias llamadas a la Asociación por parte de un hombre que decía ser el hermano de Esteban. Este le insistía a Rueda que el joven habría decidido ingresar por su cuenta a un centro de rehabilitación y que saldría a los tres meses. Incluso le hicieron llegar un certificado al respecto.

A Rueda se le hizo difícil creer esta teoría y junto a los amigos que colocaron la denuncia fueron a la Fiscalía para exponer lo acontecido. Además, llevaron un video en el que se muestra cómo sometieron a Esteban cuatro personas para llevarlo a la clínica.

Según la activista, con esta información, la fiscal del caso y un agente de la Policía fueron hasta una clínica de Cotacachi y sacaron al joven, el 27 de abril. Desde entonces, la Fiscalía indaga el caso y el 2 de abril los abogados de la víctima presentaron más pruebas.

ASPECTO LEGAL 

Deisy Vaca, abogada de la Fundación Girasoles de Justicia y experta en violencia de género, señaló que en el país existen clínicas de tratamiento de trastornos mentales en las que profesionales de la salud suelen categorizar las inclinaciones sexuales “como trastornos que se pueden curar”.

Con respecto al caso de Esteban, la jurista señaló que ningún familiar puede obligar a otro a ser internado a un centro, a menos que sea menor de edad y esté bajo tutela. Caso contrario sería un secuestro.

El abogado Christian Paula, experto en Derechos Humanos, añadió que el delito en el que también se enmarcaría el caso sería la tortura que, según la legislación ecuatoriana, es cuando una persona somete a otra a condiciones que anulen su personalidad o disminuyan su capacidad física o mental con cualquier finalidad.

En este caso, Paula enfatizó que el delito tendría un agravante: cuando los implicados cometen el delito con la intención de modificar la identidad de género u orientación sexual.