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Placas recuperadas están en exhibición, por si alguien regresa a buscarlas.Alex Lima / EXTRA

Inundaciones vía Jujan-Babahoyo: Las ingeniosas formas de hacer dinero de comuneros

Entre diciembre y marzo, cuando la carretera se inunda, habitantes de la zona hacen su ‘Navidad’ a costa de quienes están urgidos por cruzar

Bien dice el dicho que si del cielo te caen limones, debes aprender a hacer limonada. Esta frase les cae ‘al dedo’ a los habitantes de la zona de la carretera Jujan-Babahoyo, en el límite entre las provincias de Guayas y Los Ríos, quienes al quedarse sin trabajo por las torrenciales lluvias que soporta la zona y que inundan cultivos y ahogan el ganado, se lanzan al agua empozada para ayudar a los conductores que se quedan varados.

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Por más que los pone en aprietos y aunque parezca descabellado, muchos residentes esperan ansiosos cada invierno (entre diciembre y abril), pues las inundaciones representan su oportunidad de ganarse un ‘billete’. La actividad más ‘provechosa’ de esta situación es el remolque de autos, camionetas y hasta camiones con grúas. Decenas de estos vehículos se ubican a cada lado de la carretera esperando clientes, que nunca faltan.

“Los carros pequeños y bajos no pasan, se quedan botados. Ahí entramos nosotros y los rescatamos. Primero ofrecemos pasarlos desde la parte seca hasta el otro extremo y cobramos entre 10 y 25 dólares, dependiendo del tamaño del carro y del ‘pato’”, explica Marlon Anchundia, chofer de una grúa.

Algunos tienen prisa y se quieren ahorrar ese gasto, por lo que se arriesgan a meterse al agua, pero en esos casos el agua casi siempre los supera y el carro se apaga. Para ellos la tarifa cambia. “Ese es otro billete, por necios”, manifestó uno de los asistentes del conductor, quien, ‘sin miedo al éxito’, se lanza al agua y sumerge medio cuerpo para acoplar las cadenas a las llantas de los autos ‘ahogados’.

“Hacemos unos 20 o 30 cruces o rescates al día. En un buen día me hago hasta 300 dólares después de pagarles a los muchachos que me ayudan. Eso multiplíquelo por los dos meses y medio, más o menos, que la vía está inundada. Eso es lo que me gano en la época”, calcula.

¿Por qué hay buzos explorando las zonas inundadas?

Furgoneta contrató una grúa para cruzar al otro lado de la vía con seguridad.Alex Lima / EXTRA

Otro grupo más temerario se coloca trajes y gafas de buceo para explorar las profundidades de la carretera inundada en busca de objetos de valor. Lo que más encuentran son placas de vehículos de todo tamaño, modelo y marca. Estas son recuperadas y expuestas en exhibidores al costado de la carretera.

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“Los conductores, si son de la zona o viajan frecuentemente de Jujan a Babahoyo, siempre vuelven a buscar sus placas”, asegura Jorge Castro, quien se dedica a esta peligrosa labor. También es común que recuperen tapacubos y guardachoques, que se desprenden de los autos debido al oleaje que generan los tráileres que cruzan la carretera.

“Ofrecemos devolverles (los accesorios y placas) a cambio de una colaboración. Pedimos valores elevados porque la gente es ‘roñosa’: si le pides quince dólares, te ofrecen diez. Aunque les pidas diez centavos, te van a querer dar cinco. Por eso decimos el doble, para que cuando pidan descuento, queden conformes con lo que realmente esperamos recibir”, admite

Unas diez personas se dedican a este ‘camello’. Aseguran que arriesgan su vida porque “en esta época no se puede cultivar ni ganar dinero, pero la familia igual tiene que comer. Toca hacerlo para mantenerla”, dice uno de los buzos.

Otro negocio con gran demanda es la venta de comida. En medio del tramo más inundado de la carretera hay un paradero de buses a unos dos metros sobre la vía, al que se accede por una escalera. En este pequeño espacio, varios comerciantes ofrecen chuzos, tortillas, secos y más comida criolla, para la cual nunca faltan clientes.

Comerciantes calman el hambre de quienes esperan que baje la marea.Alex Lima / EXTRA

Doña Rosita, vendedora de maduro lampreado, comenta: “Desde aquí empieza la parte más honda y peligrosa. Quienes no se atreven a pasar y no quieren pagar, se detienen a comer algo y esperan a que lleguen los muchachos que piden plata para empujar los carros. Aquí todos buscamos la forma de hacer plata”.

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