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¡En Durán ya olían la tragedia en la cartonera!
Los afectados por el gran incendio dicen que se quejaron con la Defensoría del Pueblo del riesgo con las bobinas de papel, pero no fueron escuchados
La mascarilla se ha convertido en la inseparable compañera de Bolivia Orna Aguaiza y de su hijo de 16 años. El accesorio no solo les sirve para protegerse de un posible contagio de COVID-19, sino también para no inhalar el humo que provocó el incendio en la cartonera Procarsa y que ha afectado a parte del cantón Durán en las últimas 72 horas.
La mujer, de 54 años, es una de las habitantes de la ciudadela Brisas de Santay, ubicada en el kilómetro 6,5 de la vía a Durán-Tambo. Esta zona residencial es una de las más cercanas a Procarsa, la empresa donde se originó el fuego la noche del pasado lunes.
Por temor a que las llamas contaminaran su vivienda, Orna y sus familiares abandonaron su hogar por dos días. Sin embargo el miedo persiste, ya no por el fuego, sino por la nube de humo que cubre el sector del siniestro.
“Mi hijo sufre de rinitis y no puede respirar bien. Pasamos todo el día con mascarillas, por temor a una enfermedad respiratoria como consecuencia del humo”, afirmó la moradora.
Presintieron los riesgos
Bolivia Orna manifestó que mucho antes de la tragedia, los residentes de Brisas de Santay habían presentado varias quejas en la Defensoría del Pueblo por las bobinas de papel que colocaron frente a la ciudadela y que representaban un gran riesgo porque podían incendiarse en cualquier momento, como en efecto ocurrió.
“Presentíamos que algo así pudiera pasar, era un peligro para nosotros y al darle los permisos no previeron que nos iban a afectar. Hemos presentado varias denuncias, pero nadie nos escucha”, señaló Orna.
El problema radica en que no existen los hidrantes en la zona para conectar las mangueras y poder controlar las llamas, ante la ausencia de agua potable en el cantón.
Sin embargo, el jefe del Cuerpo de Bomberos de Durán, Carlos Montúfar, aseguró que la fábrica tenía gabinetes contra incendios, además de rociadores en el galpón donde estaban las máquinas.
Ricardo Ramírez Mora, habitante de Brisas de Procarsa, otra de las ciudadelas aledañas al lugar del incendio, también se quejó del humo que afecta a su sector de residencia.
“La contaminación del aire nos ha provocado ansiedad, angustia, dolor de garganta y problemas respiratorios. Quienes más nos preocupan son los niños”, mencionó el duraneño, de 60 años.
Tras conocer las quejas de los moradores de Brisas de Santay, EXTRA consultó con el alcalde de Durán, Dalton Narváez, para conocer si sabía de las denuncias.
El Municipio sabía del malestar
“Sí conocíamos de las quejas. El argumento de los señores de Procarsa es que ellos habían comprado el terreno y lo que hicieron es almacenar sus bobinas, que es materia prima. Se les dio un plazo que no cumplieron y vino el problema”, sostuvo el funcionario.
Añadió que la mañana del martes 3 de noviembre les comunicó a los señores de esa empresa que era necesario humedecer las bobinas que se encontraban frente al siniestro. “Ellos no lo permitieron y se originó un segundo incendio. Vamos a establecer responsabilidades. No permitiremos que el terreno sea utilizado para almacenar bobinas”, sostuvo.
Este Diario se comunicó con Sonia Crespo, vocera de Procarsa, para contrastar la información. Ella dijo que en las próximas horas emitirán un comunicado para referirse a este tema.
Recomendación
Es necesario alejarse de la zona del incendio
La neumóloga Betty Aguilar Salazar afirmó que toda persona que inhala humo puede llegar a sufrir una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). “Si una persona que vive en la zona del incendio tiene antecedentes de enfermedades respiratorios el humo agravará la sintomatología, mucho más si sufren de asma o bronquitis, para ellos es necesario que tengan su inhalador de emergencia”, explicó.
Dijo que incluso quienes no tienen problemas respiratorios pueden llegar a sufrir un ahogo, “ya que el humo entra por las vías respiratorias y termina en los pulmones”.
La doctora recomendó a las habitantes que viven más cerca de la zona del incendio pasar una temporada lejos de su hogar o hasta que pase el humo.