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Personaje

Lleva 32 años en los caminos del Señor y afirma que nunca fue tan feliz con su vida. Dice que hoy tiene el poder de ayudar a otros.Cortesía

Bolívar Ruiz, un profeta y exorcista que afirma haber 'camellado' para Satanás

El gusto de un hombre por los temas espirituales lo llevó a las ciencias ocultas. Dice que el diablo le dio poderes pero luego le pasó factura

A los 24 años asistió a su primera sesión espiritista. La invitación se la hizo una tía de lado paterno, quien era médium. Bolívar Ruiz reconoce que siempre le llamó la atención lo sobrenatural y paranormal.

Cuenta que después de esas reuniones (las cuales son como las que se ven en películas, personas hablando con otras voces, incluso en otros idiomas), recibió un poder satánico: podía escribir mensajes de las tinieblas.

“Un día estaba en mi casa en Sucre y Boyacá (centro de Guayaquil), y estaba escribiendo, cuando de repente mi mano se empieza a mover involuntariamente, es decir, solita y me daba mensajes, al principio me asusté, pero como me daba información de todo lo que yo preguntaba, me gustó. Al mismo tiempo empecé a practicar la ouija. Nos reuníamos de noche, éramos unas seis o siete personas y la practicábamos. También leía muchos textos de magia, espiritismo, entre otros”, manifiesta el hombre de 65 años.

Él cuenta que una vez fue a Salitre y a una pitonisa se le metió el espíritu de ‘Miguel de Nostradamus’ y hablaba en francés y todo. Afirma que los presentes preguntaban y los espíritus contestaban. “Los demonios conocen tu andar. No son omnipresentes como Dios, pero están por todos lados y es como si entre ellos se ‘sapean’, uno le cuenta al otro de su vida, y se lo comunican al ‘adivinador’, por eso lo sorprenden a uno”, sostiene.

Luego de esa experiencia cuenta que fue ayudante de un médium ecuatoriano que vivió en la India. “Nos reuníamos en una sala unas 50 o 60 personas. Apagábamos las luces y las personas tenían que llevar botellas llenas de agua, las cuales las colocaban sobre la mesa y él las magnetizaba, tú las tomabas y te ‘sanabas’. Lo que pasa es que hay espíritus de enfermedad y para que la gente crea en estas cosas, esas entidades sueltan a ese cuerpo enfermo, no es que lo curan, solo lo abandonan”, manifiesta.

¿Cómo se sabían que aparecían los espíritus? Cuando la mesa comenzaba a temblar durísimo y las botellas a vibrar y esa era una señal de que ya venían. El médium salía y hablaba en diferentes voces.

La ouija fue una de las herramientas que utilizaba Bolívar.Pixabay

“Todo lo falso se parece a lo original, y así como el cristiano ora, quienes están en las tinieblas también e invocan a sus demonios, quienes sí tienen poderes, limitados, pero los poseen. Este hombre oraba en un idioma sánscrito (lengua clásica de la India) y él ‘veía’ en la oscuridad. Por ejemplo, él decía aquel hombre que está sentado atrás, por favor que bote los cigarrillos, cuando vi ese poder, me gustó más. Esto ocurría por la información que se cruzan entre demonios, los cuales le comunican a aquel hombre que estaba sirviéndoles”, indica.

Le hizo a casi todo

Bolívar se metía en cuanto curso podía, en santería, practicó la levitación, telequinesis, entre otros. Confiesa que usaba velas con formas de hombre y de mujer, y hacía cualquier tipo de brujería, incluso lograba separar a parejas.

“Mientras más ingresaba en los terrenos ocultos, más poder diabólico tenía. Yo tenía un demonio de promiscuidad, era adicto al sexo, con solo ver a una mujer la conquistaba, tuve más de 45 peladas”, indica.

Asimismo estuvo presente en varias sesiones satánicas, unos amigos le invitaron. “Fueron unas cinco reuniones, fui por curiosidad, pero no me gustó eso de los pactos de sangre, las matanzas y sacrificios. Ellos tienen sacerdotes y hay que cumplir como unos 15 o 17 pasos, más o menos, para llegar a puestos altos, pero al final la persona debe de beber sangre, comer en el cementerio y alguien debe dispararle. Uno debe de sacrificarse por las tinieblas y hacer pactos con Satanás, allí llegaste a lo último”, dice.

El sexagenario afirma que los trabajos que hacen ellos (brujerías, maldiciones y demás), el 31 de octubre tienen más fuerza demoníaca ese día; en Halloween se recuperan los trabajos que han fracasado. “Ellos oran como los cristianos, es que Satanás es imitador de Dios”, enfatiza.

Ruiz asegura que el Señor le permitió tener estos conocimientos para ver cómo opera el enemigo y poder hacer guerra espiritual.

No era suerte, sino bendición

Relata que en varias ocasiones estuvo a punto de morir. En un accidente de tránsito casi se estrella contra unos tubos gigantes de agua servida. También estuvo en medio de una balacera, a los 32 años, y ningún tiro le impactó.

“Fue en Salitre, estaba con unos primos y fuimos a un chongo. Me hice pasar por una autoridad y les pedí los papeles a las chicas. Como no tenían, le dije a mi primo: “acuéstate con ella”. Abandonamos el lugar y nos sigue una moto, era el ‘chulo’ de la muchacha”, dice Ruiz. El hombre le pidió su identificación y le muestra la que él portaba, una credencial de policía.

“Él alcanzó a ver que dentro del carro yo tenía un arma 38. Yo traficaba armas, las compraba en Perú y las vendía acá. Con rapidez tomó el revólver, me lo puso en el pecho, disparó y no salió la bala, lo intentó tres veces y nada. Yo dije qué suerte, ahora sé que fue bendición porque Dios tenía otros planes para mí”, asevera.

El infierno pasa factura

De un momento a otro se acabó el respaldo de las tinieblas. “El diablo arruinó todo lo que tenía, mi matrimonio de 12 años, quebré en mis negocios. De la abundancia me fui a la escasez. Estaba sin plata que tuve que regresar a la casa de mi madre y allí al lado vivía una hermana evangélica. Estaba desesperado y le dije a la vecina que orara por mí y así fue. Un día me invita a su casa para orar y me pasó algo loco: cuando iba a salir hacia la vivienda de la vecina, pero una fuerza por detrás me halaba y otra por delante también, fue una lucha espiritual. Me sentía mareado, pero llegué, oré y acepté a Jesús como mi único Señor”, señala.

Ahora se dedica a predicar y orar por la sanidad de los enfermos.Cortesía

Ruiz confiesa que escuchaba programas radiales evangélicos y le gustaba cuando alguien de ellos hablaba en lenguas. “Estas palabras son indescifrables, no es como el italiano, francés, solo las entienden aquellos a quienes el Señor les da el don. Ese regalo me lo dio Dios y hoy llevo 32 años en el camino de Cristo y ocho años de profeta”, precisa.

Actualmente lidera un ministerio de liberación. “En el nombre de Jesús se echa fuera a todo demonio que tenga la persona (de adicciones, ocultismo, etcétera), pero esto no lo puede hacer cualquiera, se debe ayunar y estar a cuentas con Dios, es decir andar en santidad”, agrega el profeta, quien recuerda que una hermana de la fe le dijo: “Así como te usó Satanás, Cristo te usará más”, menciona.

Asimismo rememora cuando Dios le dijo hace ocho años: “Me ha placido darte el pasado, presente y futuro de la persona. Allí me constituyó en profeta, pero hay pastores a quienes no les gustan los profetas, pues sacamos a la luz lo oculto”, finaliza.